Entre los diferentes equipos de élite que tienen los cuerpos de bomberos, las UCR (Unidades Caninas de Rescate) han cobrado una importancia esencial desde las útimas décadas del siglo XX para el rescate de personas atrapadas aún con vida bajo los escombros. En Andalucía, la experiencia pionera surge desde el Parque Municipal de Bomberos de Huelva en el año 1997. Unidos por una misma inquietud, los bomberos onubenses Jesús Olmos, Francisco Javier Álvarez Bayo, Vladimiro Blanco, Fidel Suárez, Andrés Amézaga, Isidoro Aguado y René Sánchez, encabezados por Antonio Rodríguez Nogales, deciden organizar la unidad movidos únicamente por el afán de llegar a tiempo a la catástrofe y salvar el mayor número de vidas posible. El adiestramiento de los perros corre por cuenta propia, cada uno en su casa. En casos de catástrofe, es fundamental la confianza entre el animal y su dueño, porque de ello dependerá el objetivo principal de rescatar personas vivas y no cadáveres. La UCR onubense utiliza el método llamado “Arcón”, por el que los perros trabajan con autonomía, no bajo presión como se utiliza en Alemania o Francia. Los perros son en este caso los ojos de los bomberos, y un ladrido especial, que sólo interpreta su adiestrador, será el que paralice las tareas de la excavadora en el desescombro. La UCR de Huelva ha actuado con éxito en los terremotos de Taiwán y Turquía (1999), El Salvador y La India (2001), Bolivia, Argelia e Irán (2003). Este equipo se codea en estas catástrofes con los mejores equipos de salvamento del mundo (Suiza, Alemania, Francia y Corea), y está dispuesto a volver a arriesgar su pellejo en cualquier momento con tal de llegar a tiempo. Participa en la formación de bomberos de rescate en Latinoamérica y ha recibido premios a su labor de la talla del Premio del Club Internacional de la Prensa, entre otros. El resto de bomberos de Andalucía demuestra un gran interés por esta labor en la que los onubenses han sido pioneros, y quieren sumarse a esta importante misión por la que no piden a cambio nada que no sea la oportunidad de poder “devolver” a la vida a aquellas personas que han sentido de cerca el aliento de la muerte en un terremoto. Es toda una lección de altruismo, desde Huelva, desde Andalucía, hacia el resto del mundo. Jesús Chacón |