Cuando se habla sobre fotografía, el ciudadano normal suele referirse a una actividad profesional que tiene diversas vertientes o, a lo sumo, a las imágenes obtenidas en determinadas circunstancias –fiestas, comuniones, bodas, vacaciones–. Al margen de ello, existe otra actividad fotográfica en la que el autor da rienda suelta a su libertad creativa o artística, con independencia de que sea remunerada o altruista. Es la que hemos dado en denominar la “otra” fotografía, que puede ser creativa, artística, documental, etc. Este tipo de fotografía ha sido cultivada en todo el mundo por muchísimas personas desde los orígenes mismos del medio en 1839. En Andalucía fueron muchos los fotógrafos que, en una primera etapa, con mayor o menor éxito optaron por esta práctica fotográfica, especialmente en el seno de las agrupaciones fotográficas, en grupos con intereses específicos o de manera independiente. A lo largo del siglo XIX, se pueden citar a personalidades como el propio Vicente Mamerto Casajús, introductor del daguerrotipo en Sevilla y secretario de la Casa de la Moneda; Luis Leandro Mariani González, último organista seglar de la catedral hispalense; Hilario Chapado, guardia civil; José Angulo Garrido, labrador; Ramón de la Vega, notario de Morón de la Frontera; Juan Ledesma, hojalatero; Pablo Barthe Boyer, propietario de una tienda de modas; Juan Navajas Aranda, presbítero. Ya en el siglo XX se encuentran fotógrafos de la talla de Juan N. Díaz Custodio, abogado; Guillermo Lasarte e Hidalgo de Quintana, coronel de húsares; Feliciano Candau, doctor en derecho y rector de la Universidad de Sevilla; el farmacéutico Francisco Murillo Herrera; Emigdio Mariani Piazza, catedrático del Conservatorio de Música de Sevilla; Antonio Almagro Cárdenas, catedrático de hebreo en Salamanca y de árabe en Sevilla y Granada; los ganaderos, hermanos José María y Antonio González Nandín y Paul; el arquitecto José María Vázquez Reina; los médicos Antonio Camoyán Rodríguez, Manuel Murga de la Vega, Juan Delgado Roig, Demetrio Mármol Plaza y Juan Antonio Rodríguez Vicente; o el impresor Emilio Sáenz Cembrano. La mayor parte de los fotógrafos se aglutinaba en torno a agrupaciones fotográficas y se movía en una línea clásica dentro de la expresión fotográfica, consecuencia lógica del momento, si bien la mayor preocupación existente era el aprendizaje de la técnica del medio. Frente a ellos, en 1950 aparece la Agrupación Fotográfica Almeriense (Afal), que será la primera bocanada de aire fresco que se va a producir en la fotografía andaluza. Fundada por un grupo de aficionados almerienses encabezados por José María Artero y Carlos Pérez Siquier, a quienes se unirán otros fotógrafos de otros puntos de España como Oriol Maspons, Leopoldo Pomés, Alberto Schommer, Ramón Masats o Xavier Miserachs, entre otros, sentían la necesidad de romper el conservadurismo existente en las agrupaciones fotográficas existentes. En 1956 lanzan el primer número de la revista Afal como medio de difusión de sus ideas y fotografías, que se prolongará hasta 1963 y, en 1958, el primer anuario español de la fotografía. Fue un proyecto que revolucionó la fotografía española del momento. Veinticinco años más tarde aparecerá el segundo colectivo andaluz, en una línea similar a la trazada por el catalán grupo Alabern y el madrileño Yeti. F/8, Grupo Fotográfico de Libre Expresión, nace en Sevilla en 1975 y realiza su primera exposición en la Casa del Mar de Cádiz. Su intención era la de aportar a la fotografía un soporte intelectual similar al que poseían otras vías de la creación como la literatura o el cine, sin unidad estilística, manteniendo la libertad de expresión de sus componentes, y la irrupción en el mundo de las exposiciones en las galerías fotográficas, que comenzaban a aparecer en el panorama nacional. Bajo la dirección de Miguel Ángel Yáñez Polo, se agruparán José M. Holgado, Justo Ramos, Miguel B. Márquez, Ángel García Castaño y Felipe Sevilla. Durante más de ocho años, y en diferentes foros, mantienen un ciclo de conferencias que responden a sus postulados intelectuales. Sacan a la calle la revista Actas de Cultura y Ensayos Fotográficos f/8, con colaboraciones de prestigiosos intelectuales que incorporaba en cada número una colección de cinco fotografías originales, firmadas por el autor. Con el paso del tiempo, evolucionan hasta formar la Sociedad de Historia de la Fotografía Española, que se constituyó en Sevilla en 1982, también bajo la dirección de Miguel A, Yáñez. Continúan con el ciclo de conferencias y, a las exposiciones colectivas, añaden las relativas a la historia de la fotografía. Ello les lleva a celebrar en Sevilla, en 1986, el I Congreso de Historia de la Fotografía Española, germen del que nacen las actuales preocupaciones por la historia del medio fotográfico. Utiliza como medio de difusión la Revista de Historia de la Fotografía Española, que es acompañada por unos cuadernos titulados Documentos para la historia de la fotografía, en el que se reproducen documentos de interés para los investigadores en la Historia de la Fotografía. En 1981 se constituye en Córdoba la Agrupación Fotográfica Cordobesa, Afoco, núcleo que va a polarizar la actividad fotográfica de finales del siglo XX. Entre sus miembros fundadores se encontraban, entre otros, José F. Gálvez, Juan de Toro, Alicia Reguera y Juan Vacas Montoro. Años después se incorporan otros fotógrafos de la talla de José Carlos Nievas, Tony González, Antonio J. González y Vicente Rodríguez, agrupados bajo la denominación de Artesanos del Ruido. Desde la fundación de Afoco han desarrollado una intensa actividad que comprende certámenes, talleres, exposiciones de carácter nacional e internacional, la edición de la colección de libros Albors el proyecto Diacor, la revista Diafragma y la colección digital ‘Fotógrafos de fin de milenio’. Su labor fue galardonada, en 1992, con el Premio Nacional de Fotografía, que concede la Confederación Española de Fotografía. Simultáneamente, en 1981, aparece en Utrera la revista Photovisión, de la mano de Ignacio González. Publicación selecta, es una de las más prestigiosas aportaciones a la fotografía española. Paralelamente, ha llevado a cabo talleres, encuentros y publica una serie de libros sobre temas propios de la fotografía. A finales del año 1979 se constituye la Federación Andaluza de Fotografía, que agrupa a cuantas instituciones fotográficas han decidido su adscripción a la misma. Bajo la presidencia de Juan Rivera Gómez, dará sus pasos iniciales hasta el fallecimiento de éste, en 1988. Con sede itinerante en diferentes agrupaciones fotográficas, ha llevado a cabo una interesante labor como el Congreso de Historia de la Fotografía Andaluza o los Encuentros Fotográficos de la Comunidad Andaluza. La labor de los fotógrafos más notables ha sido recompensada con la adscripción a Reales Academias, como Juan Vacas Montoro, académico correspondiente de la Real de Córdoba (2002) y Miguel Ángel Yáñez Polo, académico numerario por la Real de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla (2004).
Miguel B. Márquez |