Cría de aves para aprovechar su carne y huevos y secundariamente otros productos "plumas". En Andalucía existían al iniciarse el siglo XXI casi un millar de explotaciones avícolas, que daban trabajo directo a unos 4.000 personas, y generaban un número superior de empleos indirectos. Tras décadas de crecimiento, el sector da muestras de estancamiento al estabilizarse el consumo de huevos y de carne de pollo, sus dos principales producciones. La mayor parte de la actividad de la avicultura gira en torno a las aves de consumo "gallinas, pavos, patos, codornices", aunque se da también la cría de aves de lujo, exóticas o de riña y la cría de aves para deportes, como perdices. La explotación de aves de consumo, actividad familiar durante siglos, se transforma en la segunda mitad del siglo XX en una actividad industrial, con importantes mejoras en genética, nutrición, instalaciones y otros aspectos, lo que permite, por ejemplo, que la producción de huevos pase de los 50-60 al año por gallina en la Andalucía de los años treinta o cuarenta a 254 "media andaluza en 2000", que se supera incluso en provincias como Cádiz o Sevilla, donde se alcanzan los 270. La producción andaluza de huevos supone el 14,5% de la española, Andalucía es la cuarta comunidad en producción, tras las dos Castillas y Cataluña, aunque tiende a aumentar su importancia relativa. En pollo, la producción andaluza supone el 16,5% de la española, sólo superada por Cataluña. La carne de pollo representa algo más del 90% de la carne de ave consumida en la comunidad, un porcentaje superior al promedio de la UE. Si en producción de huevos las dos provincias más activas son Sevilla y Málaga, en pollo son Sevilla y Granada. En Andalucía, la avicultura se centra sobre todo en la gallina, los pavos sólo revisten cierta importancia en Cádiz, siendo más escasa aún la producción de carne o huevos de patas y ocas.
Uno de los rasgos básicos en los cambios de la alimentación de los andaluces en las últimas décadas es la popularización de la carne de pollo "el consumo se multiplica por cinco entre 1960 y 1995, para estabilizarse luego", y el aumento del consumo de huevos, fruto tanto de su abaratamiento como de la mayor disponibilidad económica de los andaluces. La carne de pollo es a principios del siglo XXI la más consumida en el mundo, tras la de cerdo, situación que se da también en Andalucía, donde se llega a los 22 kg. de pollo por persona y año. Andalucía, que hasta los años sesenta del siglo XX es deficitaria en productos avícolas, exporta carnes de pollo y huevos. Sin embargo, el sector atraviesa al iniciarse el nuevo siglo una coyuntura incierta, necesita mejorar la deteriorada imagen del pollo de granja y va a afrontar en los próximos años una creciente competencia internacional, de países como Estados Unidos o Brasil. La avicultura andaluza, que intenta una diversificación a través del avestruz * , con resultados poco ilusionantes hasta ahora, y que vive también una honda y larga crisis de la cunicultura * , debe diversificar las razas de pollo y esforzarse en introducir otras aves, aunque las inversiones necesarias son cada día más elevadas pues el sector aparece cada vez más concentrado en grandes granjas.[ Antonio Checa Godoy ].
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