Empresa láctea andaluza que actualmente forma parte del grupo Ebro-Puleva, primera firma del sector alimentario español, como Puleva Food. Puleva tiene sus orígenes en Granada, en una empresa orientada a suministros de bebidas a la hostelería creada en 1910: Unión Vinícola Industrial, transforma en 1954 en Uniasa (Unión Industrial y Agroganadera S.A.), que se orienta decididamente a la producción láctea. Se construye de inmediato una pequeña planta en Granada ciudad, que comienza en 1958 produciendo 20.000 litros diarios de la marca Puleva, y se inicia una fase de expansión, paulatinamente más decidida, que lleva a inaugurar en 1975 una gran planta transformadora en la vega de Granada, cerca de Purchil, con capacidad inicial para tratar 400.000 litros diarios de leche, cifra que es, en 2006, de un millón.
En 1976 empieza a cotizar en bolsa. En 1982 Puleva adquiere el 100% de la Compañía de Dietéticos y Alimentación S.A. (EDDA), e inicia así su actividad en el sector de la alimentación infantil, con una fábrica en Campiello (Alicante), que una década después incluye una planta con gran capacidad de producción y avanzada tecnología. Se configura ya como la primera empresa láctea de el sur de España y aporta una de las principales marcas del país, pronto asociada a la imagen de leche de calidad. El hombre clave pasa a ser Rafael Pérez-Pire García, su director general, aunque el presidente es Luis Angulo Montes. Uniasa adquiere entre 1987 y 1989 hasta seis empresas lácteas en España: en 1997, Cooperativa Ganadera La Merced y Central Lechera de Cádiz, con sede en Jerez de la Frontera; en 1988, la firma malagueña Colema, por 450 millones de pesetas, y Productora Lactaria Andaluza, Prolan, de Sevilla, asumiendo sus deudas. También adquiere empresas fuera de Andalucía, como la salmantina Ledesa, en 1989, e inicia la presencia internacional con la instalación en Montaban (Francia) de una de las más avanzadas plantas lácteas de Europa, lo que obliga a invertir en ella más de 3.000 millones de pesetas de la época y crear la filial Eurouniasa.
Se crea una división de ganadería en 1982 y se adquieren, principalmente en Canadá, 10.000 vacas lecheras de raza frisona para mejorar la productividad. En 1992, la empresa instala una planta de cogeneración eléctrica propia, Grelva (Granada, Electricidad y Vapor). El grupo, que diversifica las actividades, crea asimismo una fábrica de queso que es en su momento la de mayor capacidad productiva de España. La empresa desarrolla una notable actividad investigadora, en especial en el campo de la alimentación infantil. Hacia 1990 alrededor de 70 ingenieros trabajan en el grupo. Uniasa es entonces un poderoso grupo lácteo, de nivel europeo.
La expansión se sostiene gracias, sobre todo, a los aportes de capital ajeno, principalmente de bancos alemanes o ingleses como Westdeutsche Landesbank y Midland Bank, préstamos que llegan a totalizar los 26.000 millones de pesetas. Aunque las ventas crecen, y en algunos años deforma muy clara "de 1988 a 1990 pasa de los 20.000 a más de 32.000 millones de pesetas de facturación", el mayor crecimiento del sector lácteo español, las inversiones son muy elevadas "en el sector sólo la supera, en esos años la multinacional Danone", y rentabilizarlas resulta difícil y comienza a crecer el déficit. La aguda crisis de la economía española entre 1992 y 1994 se deja sentir en la estrategia de la empresa, que presenta suspensión de pagos en 1995 y está punto de desaparecer tras acumular pérdidas de 9.000 millones de pesetas "52 millones de euros". Un inesperado cambio de propiedad salva al grupo de la quiebra. El cambio lo protagoniza Javier Tallada, nieto de uno de los fundadores de Uniasa en los años cincuenta, quien la adquiere a mediados de 1995 junto con Guillermo Mesonero-Romanos, luego vicepresidente de Ebro Puleva. Se reflota la empresa, apostando por la innovación y el crecimiento con adquisiciones, como Leyma-Ram y El Castillo, y nuevos productos, como Omega 3. En paralelo, se reduce drásticamente la plantilla, que había alcanzado los 1.400 trabajadores al inicio de la década de los noventa, mediante jubilaciones anticipadas. Se consigue de los acreedores una quita de 900 millones y el pago del resto de la deuda en diez años, se procede, asimismo, a la reducción de actividades, como la de ganadería, mediante venta a cooperativas y la planta de nutrición al grupo Pascual. La empresa vuelve a se rentable en 1997 y se revaloriza en bolsa. La nueva Puleva, líder del sector lácteo, acaba siendo vendida en 2000 al grupo Ebro, en el que se integra, transformándose en la filial Puleva Food, que mantiene la sede en Granada. [ Antonio Checa Godoy ].
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