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ROSAL DE LA FRONTERA |
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(HU). Municipio onubense de la Comarca de Aracena,
se encuentra en la parte más occidental de Sierra Morena, justamente en
el Valle del Chanza, con una extensión superficial de 210 km
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. El núcleo principal, situado a dos km. de la
frontera con Portugal y a 105 km. de la capital provincial, se eleva 216
m. sobre el nivel del mar y cuenta con una población de 1.819 h. En sus
alrededores se han hallado restos arqueológicos de la Edad del Bronce.
Forma parte de la cora califal de Sevilla y, después de la taifa ?que en
algún momento incluye el sur portugués? y del reino almohade de la
capital (siglo XIII), adquiriendo más tarde cierto protagonismo cuando se
constituye como espacio fronterizo inestable entre los reinos de Portugal
y Castilla. El antecedente histórico de Rosal de la Frontera puede
encontrarse en Aldea del Gallego, asentamiento que se ubicaría en el
cabezo de La Charneca y sería fundado por pastores de la Mesta. En 1642
es destruido por los portugueses en el contexto de la guerra de la
independencia y habrá que esperar hasta 1822 para que se repueble la zona
y se cree Rosal de Cristina, nombre que a partir de 1869, tras el
estallido de la Gloriosa, cambiará por el actual. El pueblo, atravesado
por la N-433 (Sevilla-Lisboa), basa su economía en una importante
ganadería extensiva (cerdos, ovejas, cabras), complementada por la
agricultura, con cultivos como el olivar (154 ha) y la avena (29 ha), sin
olvidar las habas, los guisantes, los altramuces, las alhovas o las
algarrobas (10 ha). Al ser un municipio fronterizo, tienen gran
proyección el sector servicios y el comercio, así como el turismo rural,
con un entorno natural que permite la práctica de actividades cinegéticas
(jabalíes, ciervos, zorzales y palomas), la recolección de setas y la
apicultura. Otros atractivos de Rosal de la Frontera son el monumento
megalítico de la Pasada del Abad, los restos de la antigua ermita de San
Mamés, la Casa de la Cultura, antigua cárcel en la que el poeta Miguel
Hernández estuvo preso algunos días en abril de 1939, y la iglesia
parroquial de San Isidro Labrador (1845), cuya fiesta se celebra el fin
de semana más próximo al 15 de mayo en el paraje de la Rivera de
Alcalaboza, con la presencia de hermandades portuguesas. Su feria tiene
lugar a mediados del mes de agosto y la última semana del mes de julio se
convocan las Jornadas Hernandianas como homenaje al citado poeta.
Destacan en las especialidades culinarias el gazpacho de culantro o la
sopa de peso y, en repostería, las rosas de miel.
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