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GASTOR, DIEGO DEL |
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(arriate, málaga, 1908-morón de la frontera, sevilla, 1973). Nombre artístico del guitarrista Diego Amaya Flores. "Nací en Arriate en 1908 el día 15 de marzo, en la calle Ronda nº 8. Después me bautizaron en Ronda, en la calle Sevilla nº 120. El bautizo mío duró cinco días. Fue una cosa bárbara. Bueno, después cuando se hizo el bautizo, entonces fue mi padre donde vivía, Arriate. Después se fue a El Gastor. Estuvo unos pocos de años, ocho o diez años, y de El Gastor se vino a Morón. De El Gastor a Morón, y estuvo cuarenta años, el tiempo que llevamos aquí. Mi padre murió, mi madre también. Quedamos los hermanos", declaró ante las cámaras que le grabaron para la serie televisiva Rito y geografía del toque . Su padre era tratante de caballos y la posición económica de la familia era desahogada. La formación de Diego no sólo es autodidacta sino que llega a estudiar tres cursos de solfeo, hace ejercicios y toca algunas obras en concierto. En Morón, al pairo de la base aérea hispano-norteamericana, entra en relación con los soldados estadounidenses, a los que inculca la afición al flamenco. A ello se une que el investigador Donn E. Pohren, de esa misma nacionalidad y que contaba con una finca allí, escribe en 1962 el libro Art of flamenco , en cuyas páginas le encumbra como maestro de un rajo clásico de guitarra, atrayendo hacia él el interés de un sector del movimiento hippie californiano de los años sesenta. Pero su leyenda no sólo crece en el exterior. Escritores de la solvencia de José Manuel Caballero Bonald llegan a escribir respecto a su obra: "Sus falsetas y variaciones se han hecho célebres. Y su poder creador, ligado a la vez a una tumultuosa intuición popular y a una evidente delicadeza de origen, es realmente admirable (...) Sus improvisaciones, sus bellísimas disonancias, poseen una inconfundible personalidad. No es, sin embargo, esta guitarra "como podía preverse" una guitarra gitana, en el sentido de apoyo en los bordones y de arañante hondura melódica que suele darse a este término. El toque de Diego posee una abundante dosis de virtuosismo; a veces, algún acorde, algún refinado concepto del compás, delatan cierto sabor clásico. Tal vez Diego sea un guitarrista que une una asombrosa técnica a un magistral sentido de la inspiradora raíz del flamenco, es decir, que es culto gracias a su sola intuición popular..." El del Gastor, tal y como afirma Fernando González-Caballos en su libro Guitarras de cal , es heredero legítimo del toque de Morón que se remontaría, al menos, a Paco el de Lucena y su toque "a cuerda pelá", con predominio de los picaos a pulgar y la armonía modal básica del sistema musical andaluz. En esa misma línea de transmisión artística cabrían los nombres sucesivos del Niño de Morón y Pepe Naranjo, del que sería discípulo Diego, quien también recordaba a otro tocaor llamado Pepe Mesa: "Yo tuve un hermano mío que me puso lecciones... Pepe Naranjo... Y después ya yo buscaba a quién escuchar. Una vez escuché a Montoya, otra vez al Niño Ricardo. Niño Ricardo siempre, iba detrás de él siempre", afirmaba. Durante la época legendaria de Diego, Morón era frecuentado por Fernanda y Bernarda de Utrera, se funda la Peña Los Llorones y allí reinaba la voz de Joselero de Morón, que es de la Puebla y que se casa con una hermana de Diego. "La escuela de Diego "afirma Alberto García Reyes" se acrecentó con sus sobrinos Dieguito de Morón, Paco y Juan del Gastor y Agustín Ríos. Surgieron otros seguidores como El Leri. E incluso en los últimos tiempos se ha gestado una revolución local con el toque de Daniel Méndez, un viejo alumno de la escuela gastoreña que decidió seguir adelante en sus estudios y se ha convertido en uno de los guitarristas más modernos del momento, algo que muchos no terminan de asimilar en el lugar pese a que el nivel del joven es infinitamente superior al del resto de tocaores de la zona. Aun así, es destacable también la encomiable labor de Paco del Gastor, que posee una academia en la Casa de la Cultura en la que con cierta frecuencia se ofrecen audiciones en público para buscar nuevos valores del toque gastoreño". De hecho, Paco ha llegado a afirmar: "Tengo puesta mi fe en conseguir que el toque de mi tío Diego se amolde a la actualidad". A juicio de la historia, esta escuela es limitada respecto al repertorio pero muy personal, con un toque especial por bulerías. El del Gastor siempre le dio especial importancia al acompañamiento del cantaor por la guitarra. Y artistas como Juan Talega o Manolito el de María lo reconocieron sobradamente: "Diego y yo formábamos la pareja que mejor se ha compenetrado en el flamenco "llegó a decir Fernanda de Utrera". Cada uno estaba enamorado del arte del otro. Yo era las cuerdas de su guitarra y él la queja de mi voz. Nadie ha sabido arrancar lo que yo llevo dentro como Diego del Gastor... ¡Viva Dios y Diego del Gastor!". [ Juan José Téllez ].
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