(CO). Localizada en las estribaciones de la cadena Bética, al norte de la Sierra de Cabra, en la comarca del Subbético de Córdoba, Doña Mencía posee una extensión de 590 km2 y su núcleo urbano se sitúa a 590 m. de altitud sobre el nivel del mar. Actualmente, posee 4.981 h. (2003) que se concentran casi en su totalidad en torno al núcleo urbano.
El origen de esta población se remonta al Paleolítico, si bien son las culturas Neolítica y, con posterioridad, la fenicia, griega, ibérica y romana de las que se encuentran importantes restos arqueológicos. Posteriormente, los visigodos y árabes legan también importantes testimonios culturales. Documentos históricos muestran cómo las tierras sobre las que actualmente se asienta el pueblo son donadas por el rey Fernando III a don Alvar Pérez de Castro, quien construye una fortaleza a la que da el nombre de Doña Mencía. Años más tarde, don Diego Fernández de Córdoba, que había recibido en donación la villa de Baena y su término, al que pertenecía este territorio, obtiene permiso del regente don Fernando de Antequera para fundar la población, consiguiendo en 1415 el privilegio correspondiente. Según el historiador francés Lapeyre, existe aún a principios del XVII una morería y en 1653 obtiene la independencia municipal, constituyendo su Ayuntamiento, si bien el gobierno local sigue controlado por los condes de Cabra y señores de Baena, a cuyo dominio señorial pertenece.
El medio físico del municipio queda definido por la presencia de la mencionada sierra que genera un paisaje agreste en el que se identifican afloramientos calizos relevantes (pico Abrevia, 1.130 m), con importantes pendientes y una vegetación definida por encinares y monte bajo, a la que se asocia una rica y variada avifauna (pajarillos paseriformes, cernícalos, buitre leonado o águila real). El clima, mediterráneo, posee un cierto carácter continental, de tal manera que los inviernos suelen ser fríos mientras que los veranos son muy calurosos, además de áridos, siendo en general las lluvias escasas.
Su economía posee una importante base agraria y se vincula a la producción de la vid y el olivo. De hecho, el municipio en tanto forma parte de la zona de producción de Montilla-Moriles y Baena comercializa sus vinos y aceites utilizando esas denominaciones de origen, respectivamente.
En el transcurso de las últimas décadas, la actividad turística experimenta un desarrollo significativo en Doña Mencía. Así, junto al tradicional turismo vinculado al disfrute del patrimonio arqueológico e histórico-artístico, avanza hoy el de naturaleza. Éste se asocia al importante valor ambiental que posee el medio natural del municipio, lo que conlleva la inclusión de parte de su término municipal dentro del Parque Natural de las Sierras Subbéticas. No menos relevante es el importante patrimonio arqueológico e histórico-artístico existente en la localidad, donde se pueden contemplar muestras de las culturas más antiguas en su museo, yacimientos arqueológicos o en sus mismas calles. Dentro del casco urbano, en el barrio árabe, se halla enclavado el castillo (siglo XIII) y próximo a éste el Museo Histórico, Arqueológico y Etnográfico en la Casa de la Cultura, uno de los más antiguos de la provincia. En Doña Mencía se localizan además dos yacimientos arqueológicos de interés: la Oreja de la Mula, a cuyos pies transcurre una calzada romana, y el Laderón, en el que se halla una tumba de la Edad de Bronce.
Por su valor monumental y artístico cabe además mencionar la iglesia parroquial Nuestra Señora de la Concepción obra de reciente construcción proyectada por Vicente Cubell (siglo XX), que conserva en su interior un apostolado del pintor dominico Fray Jerónimo de Espinosa, y la Casa de los Alcalá-Galiano y de los Varela (en este municipio sitúa Valera la acción de dos novelas suyas: Juanita la Larga y Las tentaciones del Doctor Faustino ), situadas ambas en la calle Llana, una de las más antiguas del pueblo.
En Doña Mencía se celebran a lo largo del año diversos festejos populares que alcanzan gran interés. Entre ellos cabe referir la Semana Santa, con la bajada del Calvario del Cristo en la medianoche del jueves y el viernes, la participación de apóstoles vivientes en las procesiones del jueves y viernes santo y el descendimiento de la Cruz, que se escenifica en la parroquia la tarde del viernes santo, utilizando una talla de brazos articulados de principios del siglo XVII. Importante también es la Feria de San Pedro Mártir de Verona, patrón del pueblo, que se celebra a finales de abril, y la de Jesús Nazareno, el 14 de septiembre en honor a que dicha imagen, tras ser llevada en procesión en 1860, acaba con una epidemia de peste en la comarca. Además, se celebra el día de San Blas, el 3 de febrero.
De su gastronomía cabe resaltar los excelentes quesos de cabra que se elaboran en el propio municipio y platos típicos como son: la cocina de habas, el salmorejo, el apagaíllo, los tomates guisados, las patatas en adobillo y el pollo a la menciana. De su repostería resaltar el cuajao. [ Inmaculada España Ríos ].
|