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ZAPATA Y CáRDENAS, MARíA JOSEFA |
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(cádiz, 1822-1878).
Escritora. Su nombre va ligado al de Margarita Pérez
de Celis y Torhbanh (1840?-1882), como precursora del periodismo
feminista en la España del XIX. A decir de la historiadora Gloria
Espigado, su convivencia ?generará una complicidad entre ellas a la hora
de abordar las empresas editoriales que afrontaron a lo largo de sus
vidas. Sus datos vitales son difíciles de rastrear ya que son pocos los
vestigios personales encontrados en el conjunto de fuentes disponibles?.
A partir de escasos documentos, Espigado reconstruye la peripecia vital
de ambas: ?La mayor de las dos, María Josefa Zapata Cárdenas, habría
nacido hacia 1822-1823 y, por tanto, pertenece a la misma generación que
dos grandes poetas de la época, la extremeña Carolina Coronado y la
cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda?. A los 23 años, edita los primeros
versos que se conocen en rotativos literarios de la localidad como
El Meteoro
y
El Genio
. Como nos advierte Susan Kirkpatrick, estamos ante
los prolegómenos de la eclosión de literatura romántica femenina que la
prensa de aquellos años da a conocer. Sólo que, en el caso de Mª Josefa
Zapata, el desengaño y la frustración justificarían el largo silencio de
diez años que median hasta su reaparición literaria en 1855, primero
en
La Moda
, y después, ya junto a Margarita Pérez de Celis, en
la edición de los Pensiles. Presumiblemente el tiempo que antecede a su
amistad y colaboración estrecha con Margarita, están marcados por la
muerte de sus padres, en 1854, a causa de la epidemia de cólera que azota
en esa fecha al país, y en cuyo sostén se había convertido. Su compañera
desde entonces sería Margarita Pérez de Celis y Tohrbahn, algo más joven
y también gaditana. A partir de 1856 editan
El Pensil Gaditano
, bajo la dirección de la propia Margarita, con
colaboraciones que dan el tono fourierista al rotativo, que conocería una
segunda época al año siguiente como
El Pensil de Iberia
. Algunas de las ideas difundidas en sus páginas,
como la superación del matrimonio burgués, al cual no atribuía más papel
que el de ?una compraventa entre progenitor y marido?, provocan que en
1859 el obispo de Cádiz denunciara la incompatibilidad de la publicación
con la religión católica. Las dificultades económicas y de censura hacen
que la vida del periódico estuviese sometido a apariciones y
desapariciones continuas y a cambios en el título. Pasados unos años
reaparecerá con el nombre de
La Buena Nueva
, consiguiendo, estas dos mujeres, mantener su
edición apenas unos meses. Los problemas económicos y la censura llevan
al cierre del rotativo a partir del número décimo. En sus páginas, no
sólo se denuncian las diferencias entre pobres y ricos sino las
injusticias cometidas contra el sexo femenino, desde la educación a la
doble moral y el matrimonio por conveniencia. No les es fácil subsistir
como mujeres solas, así que su precariedad económica las lleva a los
suburbios y a las casas de vecinos. Pronto ejercen oficios como los de
maestra, bordadora, costurera, cordonera y cigarrera, que intentan paliar
su paulatina decadencia económica. De hecho, María Josefa Zapata llega a
quedarse medio ciega y en 1863, el editor responsable del periódico
madrileño
La Violeta
, daba a conocer sus penalidades económicas, abriendo
una suscripción popular para ayudarla. A partir de 1875 aparece tan sólo
en los padrones su compañera, Margarita Pérez de Celis. Vivirá como
cigarrera sus últimos años de vida hasta su fallecimiento en 1882, siendo
enterrada en la fosa común del cementerio gaditano.
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