Si le miráis de cerca sentiréis como luce una frente desnuda –apenas pelo breve en cima [fina. Erguido aún, porque, delgado siempre, puja hacia [arriba, hacia luz, y medra. Y sobre el fondo ilustre de meseta, el cielo coronador, el viento fiel, la norma hecha de sol en puridad, y soplos –oh maravilla– de esta luz completa. (...)
Ved: esa frente mojada amanecí, o su humedad bebía el sol, [templándola, tomándola, como a la piedra viva –siempre [el hombre–, sobre extensión total, en orden último.
Vicente Aleixandre. De Obras Completas. Vol. I. |
(...) Simbolista y parnasiano de todos los tiempos a un tiempo (con herencias insólitas fundidas en crisol de oro, venas de sangres trenzadas que preside su propia innominada víscera central: Góngora y Vigny, Darío y Calderón, el Duque de Rivas y Mallarmé, Valéry y El Cansado de su Nombre), director jeométrico, con la sabiduría máxima, de una orquesta reducida de instrumentos nobles, materia exajerada para la armonía, Jorge Guillén, escueto astrólogo español, significa en su punto el pulidor sonoro del diamante sideral convexo exacto al cóncavo terreno, el radiante hallador de la fabulosa media granada perdida a la media de la espera oculta en perene encantamiento. Por el camino solitario de los Májicos daba un toque de cincel en todas las piedras y metales, mojaba el dedo en todas las aguas, helada, corriente, remanso, acariciaba lentamente hasta el fin temblón las espirales ideales, trotaba en el aire segundo para sorprender el mar plus rico, desde el círculo más exacto. (...)Está justamente satisfecho en su orbe, su reino, su cántico. Y en una detenida hora mejor, con luces de lo eterno filtradas por el químico crepúsculo matinal, Jorge Último, pretendiente lejítimo a un trono interplanetario, se estasía dignamente por su alta galelería de vallisoletano espandido, por su murado jardín uego, de altas flores forzadas, traídas en préstamo a su destierro del país perfecto en que ansía imperar.
Juan Ramón Jiménez De Españoles de Tres Mundo (1928). |