Este yacimiento arqueológico se ubica en una elevación sobre la margen derecha del río Monachil, en el término municipal del mismo nombre. Conocido desde que en 1921 Juan Cabré publicara los materiales de una de las tumbas de su necrópolis, ha sido objeto de diversas campañas de excavación y restauración que ha culminado con el programa de puesta en valor promovido por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía en los años 2004 y 2005. Este asentamiento constituye una importante referencia para el estudio de la Edad del Bronce en la Vega de Granada con dos principales fases de ocupación. La primera se desarrolla entre el 2000 a.C. y el 1450 a.C.; y la segunda corresponde al Bronce Final del Sureste (1250 a.C. a 900 a.C). Además hay evidencias de ocupación que corresponden al Calcolítico Final y a una etapa ibérica muy tardía. Durante la fase argárica, en la zona más elevada y posiblemente más importantes del hábitat existieron una fortificación y un recinto de almacenamiento anejo. En las mesetas y laderas contiguas se distribuían las viviendas del poblado por varias terrazas escalonadas hasta casi llegar al cauce del río. Bajo las casas o en sus inmediaciones se localizan los enterramientos con sus ofrendas, bien en cuevecillas o en cistas de grandes lajas de esquisto. Las diferencias de ajuar documentadas permite afirmar la existencia de una importante estratificación de la población, así como, la transmisión de estatus social de padres a hijos. La economía de la población de esta fase argárica estaba basada en una agricultura de pequeñas huertas en las márgenes del río, combinada con otra de secano practicada en las terrazas y vaguadas superiores. La ganadería estaba integrada por rebaños de ovejas, cabras, vacas y caballos, cuya importancia dentro de la cabaña ganadera ha sido destacada como un hecho excepcional y distintivo de este asentamiento. En el contexto de la crisis que afectó a la Cultura Argárica* hacia 1450 a.C. El Cerro de la Encina se abandona y no vuelve a ser ocupado hasta 1250 a.C. La zona habitada presenta una estructura urbana articulada a partir de grandes cabañas de planta oval construidas con pequeños zócalos de piedra y alzados de tapial o adobe y techumbres de material orgánico impermeabilizado con barro, que corresponde a un nuevo sistema social de tipo aristocrático que practicaba una economía mixta en la que agricultura y ganadería tenían importancia similar. (J.A.A.M.) |