La expresión “el hombre de Orce” fue popularizada por los medios de comunicación a raíz de la publicación del hallazgo de un fragmento de hueso craneal fósil pretendidamente humano en el yacimiento paleontológico de Venta Micena (Orce, Granada). Tres investigadores del Instituto de Paleontología de Sabadell, dependiente de la Diputación de Barcelona, descubrieron el yacimiento de Venta Micena en 1976. En diciembre de 1982 encontraron, entre un conjunto de huesos que habían sido trasladados en bloque a Sabadell, un fragmento de cráneo que fue presentado al conocimiento público el 11 de junio de 1983 como el fragmento de hueso fósil de homínido más antiguo de Europa y Asia documentado hasta ese momento. Pero el descubrimiento estuvo rodeado de ciertas circunstancias que pronto favorecerían la controversia, como el hecho de que se realizó al margen de un proyecto científico definido previamente y que la metodología de recogida de evidencias, si bien podría ser suficiente para el material paleontológico, era incorrecta desde el punto de vista de la investigación arqueológica. A ellas se sumarían pronto otros intereses ajenos a la investigación que resultarían muy peligrosos para el desarrollo de la misma. Probablemente por ello se realizaron una serie de propuestas sobre la posición del llamado “hombre de Orce” en la escala evolutiva humana y su significación para explicar el proceso de la colonización humana de Eurasia sin que se hubiera limpiado la cara interna del hueso que estaba cubierta por una gruesa costra de concreción caliza. Cuando fue eliminada, apareció una cresta sagital que generó serias dudas acerca de la atribución homínida del fósil y obligó a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, siguiendo el consejo de Henry y Marie-Antoniette de Lumley, a suspender el congreso internacional convocado para mayo de 1984, al que se habían invitado a más de quinientos investigadores de todo el mundo relacionados con el estudio de las primeras etapas de la historia humana para dar a conocer el hallazgo. Se generó un animado debate social que se reflejó en los medios de comunicación como la polémica del “burro de Orce” debido a que los expertos relacionaron el hueso con los équidos. A partir de entonces se fue disgregando el equipo de investigación constituido a instancias de los responsables de la administración cultural de la Junta de Andalucía para investigar en la zona, que llegó a realizar dos campañas de excavación en Venta Micena, hasta que en 1987 dos de los descubridores, Jordi Agustí y Salvador Moyá-Solá, publicaron un artículo en el que planteaban que el fragmento de hueso fósil perteneció a un pequeño caballo de 3 ó 4 meses de edad. El tercero, Josep Gibert, continuará en los años siguientes como único y perseverante defensor del “hombre de Orce”, recomponiendo un equipo de colaboradores y desarrollando una variedad de actividades de investigación en el intento por obtener datos que dieran solvencia al fósil de Venta Micena y ayudaran a cerrar definitivamente la polémica. Con ese objetivo se aplicaron algunas técnicas especializadas que, sin embargo, a veces extendieron el debate a otros ámbitos inicialmente no implicados y generaron nuevas fracturas en el equipo de investigación. Ni siquiera el Congreso internacional de Paleontología Humana celebrado en Orce en septiembre de 1995, a pesar de constituir un éxito por la participación y el interés científico de muchas comunicaciones, cubrió las expectativas de respaldo de la comunidad científica especializada para el que fue organizado, e incluso Bienvenido Martínez, miembro del equipo y durante muchos años un ferviente defensor del carácter humano del fósil, ha propuesto en 2002 que el fósil perteneció al cráneo de una hembra de gran rumiante. En cualquier caso, tanta discusión no puede ocultar que Venta Micena, con una cronología de alrededor de hace un millón trescientos mil años, constituye un yacimiento paleontológico de primer nivel en el conjunto de Europa tanto por la cantidad y calidad del material fosilífero que ha proporcionado como por la variedad de especies animales representadas. Tras la reclamación realizada por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, este fósil y los restantes materiales paleontológicos y arqueológicos recogidos en los yacimientos de Orce fueron depositados en el Museo de Orce en diciembre de 1998, a donde fueron trasladados desde el Instituto de Paleontología Sabadell en el que habían permanecido hasta entonces.
Gabriel Martínez Fernández |