La calle de tu nombre pudo quedar diciendo algo tan inefable como el olvido mismo de un tiempo detenido bajo nubes que pasan...
Mudo escenario abierto al escenario vivo de tu memoria. Espejo reflejando otros días de antiguas primaveras e indelebles recuerdos.
Rincones todavía posibles a tus ojos evocadores, ciertos, dulcemente velados por la melancolía de su acaecida historia.
Balcones del “palacio” abiertos a costumbres de entonces y sus gentes, las esquinas de oro de la calle Tobosos, sus mágicos encuentros.
Tardes de otros inviernos. Entrañables lugares de ayer iluminados por aquella imposible luz donde fuiste niño alguna vez soñando.
(“Poeta Mario López”... Una calle cualquiera de algún pueblo olvidado al sol de Andalucía...)
Mario López De Mario López, Poesía. |