En los tiempos actuales, las peculiaridades características de la música de raíz se ven amortiguadas y homogeneizadas por la presión que la industria discográfica, también globalizada, ejerce sobre grupos y la gente atraída por este tipo de música. “Lo celta” se está convirtiendo en un género en el que se navega con cierta comodidad al amor del mercado. De hecho, dos de los grupos actuales de más proyección, afincado uno en Granada y el otro en Sevilla, producen el mismo tipo de música; son Supervivientes y Rare Folk, con dos y cuatro grabaciones, respectivamente, hasta el momento. Terminamos haciendo referencia a tres de los grupos folk andaluces de mayor actividad en los últimos años: Trébede, en la línea original de los grupos veteranos –sus miembros han pertenecido a grupos como Andaraje, Almadraba, La Cuadrilla y Correqueteví– que han sido dignos representantes del folk andaluz en muchos escenarios españoles, y que grabaron un disco, De chanza y fiesta. Y los dos últimos en llegar al panorama actual: por un lado, Contradanza, afincados en Sevilla, con elementos procedentes de diferentes formaciones y estilos musicales. Se han presentado en el mercado con un estupendo trabajo titulado Mar de fondo. Por otra parte, La Jambre, unos jerezanos que beben en la tradición oral y recrean de manera admirable las músicas populares, principalmente de su zona geográfica, y que también se han presentado con un magnífico disco, Saltalindes. Aunque los trabajos de recopilación de la música de tradición oral, la estética de los grupos, los circuitos de conciertos, la distribución de las grabaciones, etc., han cambiado mucho desde los años sesenta del siglo XX hasta ahora, hay un cierto espíritu de aquellos pioneros que se mantiene en los que continúan apostando por este tipo de música, que no es otro que el de saber que el conocimiento de nuestra cultura popular nos hará más sabios y más libres.
José Nieto / Jesús Barroso |