Situada Berja entre las sierras de la Contraviesa y Gádor, en el pasillo que baja al Mediterráneo por la cuenca del río Adra, fue, como otros pueblos de las Alpujarras, un centro textil importante en la época andalusí, apoyado en los cultivos de moreras, lino y distintas planta tintóreas. Los tafetanes y baldaquíes (doseles de ricas telas para las paredes) alpujarreños eran muy famosos y se exportaban a distintos lugares, llegando hasta el Níger. Según Menéndez Pidal, las piezas más importantes eran: alquexí (tela de oro y seda), alhame (lino y seda) holat (vestido confeccionado con tiras de seda) dijab y almajar. Muchos de ellos no desaparecieron con la conquista castellana, ya que una parte de la población continuó, existiendo una producción considerable hasta el siglo XIX y hoy todavía se tejen, o al menos tienen la marca de origen, las jarapas, o alfombras de trozos sobrantes. Gabriel Cano |