(AL). Municipio de la provincia de Almería, situado en la comarca denominada del Poniente almeriense, con una superficie de 218 km2, y cabecera a una altitud de 335 m. sobre el nivel del mar. La población, a principios de 2003, alcanzaba los 13.670 h. y su incremento en el periodo 1996-2003 no es muy significativo, de sólo el 4,81%, puesto que Berja continúa comportándose todavía como un municipio con más emigrantes que inmigrantes y la tasa de paro en 2001 era del 11,2% de la población activa.
Posee 13 núcleos de población, lo que supone un poblamiento significativamente disperso, que deriva de la coincidencia entre fuente y barrio, es decir, allí donde había agua y la tierra era propicia, el hombre tomaba asiento. Cuenta en la actualidad con dos centros de enseñanza secundaria y uno de educación de adultos, así como con un centro de salud, tres consultorios sanitarios, una biblioteca pública y 12 oficinas bancarias. Según el Sistema de Información Multiterritorial de Andalucía, del Instituto de Estadística de Andalucía, en 2002 sólo existen dos restaurantes y únicamente una pensión con 19 plazas, por lo que las carencias hosteleras parecen aún manifiestas.
En época fenicia, en la que se conoce un notable auge de la minería, se establece en el entorno de lo que hoy sería Berja un apeadero de mineral para su posterior traslado al puerto de Adra, desde donde era comercializado. Unos 600 años a.C., los cartagineses se apoderan de todas las factorías fenicias en esta parte del litoral mediterráneo. Desde el paraje de la Villa Vieja (Barea), los antiguos pobladores se van desparramando por la vega, después de que un terremoto destruyese la antigua ciudad en el siglo V. Uno de estos núcleos, el de Berja, es el que prevalece, y viene a dar nombre definitivo a la ciudad en tiempos de la presencia islámica, de cuya época hay bastantes descripciones. Así la de El Idrisí en el siglo XII ("Berja, más importante que Dalías, posee mercados, fábricas y campos cultivados") o la de Ibn Said en el XIII: "Mi padre sentía una gran pasión por la belleza de la ciudad de Berja, a la que Dios dotó de una hermosa panorámica. Me contó también que la rodeaban hermosos jardines y que está junto a un delicioso río, conocido como Guadi Adra. En ella se producen exquisitos frutos y hay una mina de plomo".
En 1568, los moriscos que vivían en la localidad se sublevan y queda muy reducida la población cristiana, pero terminada la guerra, en 1575, el comisario Gaspar de Ávila repuebla la "taha" de Berja con 200 vecinos en los cinco lugares que comprendía entonces el municipio (Capileira, Pago, Julfina, Alcaudique y Benejí ). Pese a esta nueva colonización la continuidad de ciertas familias, como en el resto de las Alpujarras, está documentada.
Los parrales. Berja se halla situada en un hermoso valle cubierto de parrales, al pie de la Sierra de Gádor, antesala y puerta natural de La Alpujarra. Su término municipal se extiende desde el monte Punta de la Higuera, con más de 2.500 m. de altitud, hasta las cálidas aguas del Mediterráneo, cruzándolo los ríos Grande y Chico, que al unirse forman el río Adra. El núcleo de Berja capital lo conforman en su origen tres alquerías musulmanas: Pago, El Zoco (antiguo mercado con la mezquita de Alcadim, hoy Plaza de la Constitución) y Julbina, la anterior Sulbius romana. Estos tres núcleos se repueblan en el siglo XVI y constituyen la base de lo que hoy conocemos como Berja. Casi de inmediato se traza el eje urbano principal a través de la emblemática calle del agua, bajo la cual se alzan nuevas casas que abren el resto de las calles. Tras el terremoto de 1804, Berja se remodela arquitectónica y urbanísticamente, sobre todo mediante la apertura de la avenida Manuel Salmerón y la plaza porticada del mercado, sin duda una de las mejores de la provincia de Almería.
Entre los restantes núcleos de población cabe mencionar el caso de Balanegra, localidad litoral que surge en el siglo XVI como compensación a Berja por la pérdida de la mayor parte de su litoral, que queda desde entonces reducido a sólo 2 km., y que sin embargo aparece en la actualidad como un importante foco turístico, en el que también encontramos agricultura intensiva bajo plástico. Por otra parte, habría que citar igualmente al núcleo de Hirmes, antigua pedanía del municipio de Benínar, que se agrega a Berja cuando la histórica Menínar musulmana iba a desaparecer bajo las aguas de un pantano.
Minería de plomo. Las famosas minas de plomo de la comarca de Berja, cuya producción llega a regular el precio mundial de este metal, son explotadas desde la Antigüedad. Constituían todavía su principal riqueza en el siglo XIX, pero la deforestación "puesto que la leña se empleaba para concentrar el mineral", obliga a abandonar las explotaciones, si bien éstas dejan un verdadero patrimonio de arqueología industrial. El cultivo principal en Berja es el parral, y en este sentido resulta muy conocida su producción de uva de mesa, cuya superficie en riego forzado bajo plástico está en expansión, alcanzando ya casi las 1.000 ha o, lo que es lo mismo, el 25% de la superficie cultivada total de municipio. Otras producciones son la almendra (con 1.200 ha cultivadas en secano), las hortalizas, las frutas (naranjales) y también algo de cereal y olivo. Por supuesto, en la banda litoral los sistemas de enarenados producen frutos extratempranos que se exportan a los mercados europeos. También se caza perdiz y conejo, y en el mar se pesca calamar, mero, jurel y pez araña. No podemos olvidar tampoco la presencia de establecimientos dedicados al comercio y a las actividades relacionadas con la construcción. Posee a su vez un esperanzador futuro turístico, dada la importante cantidad de restos artísticos, paisajísticos e históricos de los que dispone.
En este sentido quedan lienzos de las murallas, grandes aljibes y ruinas de un castillo de época musulmana en el cerro de la Villa Vieja. Entre sus monumentos destaca la iglesia parroquial de la Encarnación, fundada en 1501, destruida por el terremoto de 1804, y reconstruida a lo largo del siglo XIX. Resulta una obra excepcional dentro del neoclasicismo en Almería por su estructura basilical en tres naves separadas por columnas. En la ciudad existe un gran número de casas-palacio renacentistas y barrocas, en cuyas fachadas aparecen bellos escudos nobiliarios en piedra. Y en las afueras, en el paraje de Pisnela, se localiza el santuario de la Virgen de Gádor, de estilo mudéjar.
En la artesanía popular encontramos cerámica, esparto y tejidos, destacando entre estos últimos la clásica manta alpujarreña tipo "arco iris", denominada así por su profuso colorido. La cocina local cuenta como platos más llamativos las migas, las sopas de ajo y el choto al ajillo. Como postres las uvas, las naranjas y los dulces típicos de pan de higos con almendra, los pestiños y las magdalenas caseras.
En el aspecto folclórico sobresale la danza del ole, que, aunque distinta, se solía bailar junto con las sevillanas y la jota. Parece que es introducida por los árabes y se baila con motivo de las fiestas populares, sobre todo en la barriada de Alcaudique. Las fiestas locales tienen lugar el primero de abril, festividad de San Tesifón, patrón de la ciudad, y el 16 de agosto, festividad de San Roque. Además encontramos la feria de la Virgen de Gádor, entre los días 1 y 10 de septiembre. [ Jesús Ventura Fernández ].
Para más información, visite Almeríapedia: http://almeriapedia.wikanda.es/wiki/Berja
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