Institución en la que se organiza políticamente el autogobierno de la comunidad autónoma, según la define el Estatuto de Autonomía de 1981 en su artículo 24. Está integrada por el Parlamento * , con funciones legislativas, el Consejo de Gobierno * , con funciones ejecutivas y administrativas, y el Presidente * , elegido por el parlamento de entre sus miembros y nombrado por el Rey. La denominación Junta tiene precedentes en la historia de Andalucía, desde las que se crean durante la Guerra de la Independencia contra la invasión napoleónica; el término reaparece luego en diversas coyunturas del siglo XIX (Junta Soberana de Andújar, 1835; Juntas Revolucionarias, 1868...), pero sólo en 1978, con el decreto-ley que establece la preautonomía, recibe reconocimiento explícito como órgano de gobierno de Andalucía.
Esa etapa preautonómica (1978-1982) supone el lento reconocimiento de la institución por muchos sectores de la comunidad reticentes a la autonomía, o que incluso, como un sector de las diputaciones, apuesta por la fórmula de mancomunidad. El Pacto autonómico andaluz, animado por Plácido Fernández Viagas * y firmado en Antequera en diciembre de 1978, representa el primer reconocimiento explícito de todas las fuerzas políticas relevantes de la Junta como órgano del autogobierno andaluz. Esa Junta comienza a tener poder real, es decir, a recibir transferencias, a mediados de 1979, aunque muy limitadas. En ese año Rafael Escuredo * sucede a Plácido Fernández Viagas en la presidencia de la institución. La etapa preautonómica está jalonada, además de los problemas de asentamiento de la institución, por los suscitados por el referéndum del 28 de febrero de 1980, al propugnar el partido en el gobierno central, UCD, la abstención, frente al sí defendido por la Junta. Esa decisiva tesitura representa, en aparente paradoja, la definitiva popularización y recepción de la Junta por el pueblo andaluz como institución defensora de sus intereses.
En 1982, con las primeras elecciones autonómicas "tras la aprobación del Estatuto de Autonomía en octubre de 1981" y la constitución del primer parlamento andaluz, la preautonomía se convierte en autonomía y comienza el gobierno efectivo de la Junta de Andalucía, con un presidente muy popular en la comunidad, pero con serios problemas dentro de su partido, que llevan a su dimisión en 1984; le sucederá José Rodríguez de la Borbolla * , que también tendrá problemas internos, y en 1990 es sucedido por Manuel Chaves * , que superará los tres lustros en el cargo. La presidencia de la Junta, y su sede oficial, que en los primeros tiempos está en el Pabellón Real del Parque de María Luisa sevillano, pasará con la autonomía al amplio palacio de Monsalves y posteriormente, en 1992, al Palacio de San Telmo, comprado a la Iglesia católica, su sede desde entonces.
En los años siguientes, la paulatina recepción de nuevas competencias eleva el presupuesto de la Junta de Andalucía "que pasa a ser el segundo de España, tras el del propio Estado" y la van convirtiendo en referencia de la vida económica, social, política y cultural de la nueva comunidad, proceso que se acentúa tras el ingreso de España en la Unión Europea y la obtención por parte de la comunidad de importantes fondos europeos controlados por la institución. Los conflictos con el gobierno central, muy escasos en los primeros años de presidencia de Manuel Chaves, reaparecen cuando el PP llega al poder en 1996, liderando entonces la Junta distintas reivindicaciones, desde el mantenimiento del PER para el mundo rural andaluz a la reivindicación de una deuda histórica "reconocida en el Estatuto" del Estado para con Andalucía o distintas concepciones sobre la inmigración. La Junta desarrolla asimismo desde los últimos años del siglo XX una creciente actividad de desarrollo de la imagen de Andalucía en el exterior, incluidos países lejanos como los de Extremo Oriente, con viajes y acuerdos en los que a esa labor institucional se une la de promoción de los productos andaluces. El paulatino aumento de las competencias tropieza con frecuencia en la distinta valoración económica de las transferencias y en algunos casos "como la reivindicación andaluza de las competencias sobre la Cuenca hidrográfica del Guadalquivir" importantes diferencias de criterio. Desde los inicios del siglo XXI desde la presidencia de la Junta de Andalucía se impulsa una reforma del Estatuto de Autonomía, que culmina en mayo de 2006 con la aprobación por el parlamento andaluz de un nuevo y más amplio y minucioso texto. [ Antonio Checa Godoy ].
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