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JARA |
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f. bot. Arbusto espléndido (
Cistus ladanifer africanus
), que puede alcanzar los cuatro metros de altitud,
erecto, con leño duro y corteza menos pegajosa que la jara más extendida
por nuestras tierras, o sea, la jara pringosa. Presenta hojas con el
rabillo aparente, con forma de punta de lanza tendiendo a la elipse;
otras ovales, con el nervio central aparente. Florece de abril a junio.
Las flores son muy llamativas, por su gran tamaño (hasta ocho cm. de
diámetro), solitarias, terminales, de pétalos blancos, sin la conocida
mancha purpúrea hacia el centro de la flor. Su olor es muy agradable por
el ládano, materia glutinosa que se produce en la sumidad de la planta
cuando está a punto de florecer. Mezclando el ládano con pez negra, cera
amarilla y trementina se obtiene el emplasto regio muy adecuado para la
curación de hernias o quebraduras. También se le atribuyen virtudes
calmantes de los nervios y antihistéricas. Actualmente, su uso queda
limitado a la perfumería, como fijador de perfumes. Se distribuye por
Argelia, Marruecos y en España, en la Serranía de Ronda. ||
~ . Blanca.
Arbustos plateados, que pueden alcanzar el tamaño de
un hombre, provistos de bellas flores amarillo-doradas (
Halimium atriplicifolium serpentinicola
), que por el mes de abril florecen en las tierras
coloradas de Sierra Bermeja. Habita en jarales, matorrales y pinares
aclarados. Endemismo malacitano también conocido como jara del diablo, se
localiza en Sierra Bermeja, Alpujarra, Aguas, etc. Todas las hojas están
cubiertas de escamas blanquecinas; las flores llegan a alcanzar cinco cm.
de diámetro y poseen tres sépalos.
Halimium
es un género de pequeños arbustos parecidos a las
jaras, de flores amarillas o blancas. Se distribuyen casi exclusivamente
por la Península Ibérica y son de difícil determinación, por hibridarse
con relativa facilidad. El nombre genérico proviene del griego
halimos
, por el parecido con el cenizo (
Halimus atriplex
).
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