f.(Del latín flos ). Aparato reproductor de las plantas fanerógamas. En el caso de mayor complejidad, está formada por cuatro verticilos: cáliz, corola, androceo y gineceo. || 2. Parte mejor y más escogida de algo. || 3. Virginidad. || 4. Polvillo que tienen ciertas frutas como las ciruelas. || 5. Película producida por el crecimiento de la levadura Candida mycoderma y otras especies sobre los vinos de bajo contenido alcohólico expuestos al aire. || 6. Irisaciones que se forman en las láminas delgadas de metales, cuando pasan candentes por el agua. || 7. Parte más sutil y ligera de un mineral. || ~ completa. f. bot. La que consta de cáliz, corola, estambres y pistilos. || ~ compuesta. f. bot. Inflorescencia formada por muchas florecillas sobre un único receptáculo. || ~ de azufre. f. Azufre sublimado.
Andalucía es siempre productora de flores, destacando los claveles del litoral granadino. No obstante, el verdadero paso a una producción masiva orientada a la venta más allá de los mercados locales o provinciales se da en las dos últimas décadas del pasado siglo XX, y especialmente en el litoral gaditano, con la localidad de Chipiona como eje, y localidades del sur de la ría de Sevilla, siendo más reciente la aportación almeriense. Hoy Andalucía, con más de 1.100 ha dedicadas a la flor es la primera productora de España, con más de la mitad de producción total, destacando la producción de claveles, bien clavellina o clavel pequeño, bien clavel estándar, del que produce el 72% de toda España. No obstante, poco a poco se van incorporando otros tipos de flores, sobre todo bulbosas "crisantemos, rosas". En total la producción de flor cortada andaluza alcanza los 2.000 millones de unidades, en su mayoría claveles "las rosas suponen unos 100 millones de unidades", que aportan unos 200 millones de euros al año a las comarcas productoras. La producción de flores se orienta de forma creciente a la exportación, si bien sufre la competencia de los arraigados productores holandeses, que controlan bien la distribución en los mercados internacionales, y que de hecho se convierten en intermediarios para muchos productores andaluces. También aumenta la producción orientada a ramos para floristerías e hipermercados, que exige diversificar la oferta. El sector se encuentra inmerso al inicio del siglo XXI en un proceso para mejorar la calidad del producto y ganar competitividad en los mercados europeos. En los últimos años se vienen realizando campañas para fomentar el consumo de flores, mientras se sopesa crear un mercado de subastas en la comunidad, que ayude a restar dependencia de intermediarios, y el encauzamiento de la venta por Internet.
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