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DIANA |
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| Diosa romana de la caza, de la fertilidad y de la
luna. Serían estas dos última advocaciones las que más deben pesar a la
hora de su aceptación por parte de las sociedades indígenas, que adoran a
la luna y a las diosas de la fertilidad. Al mismo tiempo, cuando es
introducida en Hispania, ya se había asimilado a la griega Artemisa,
hermana gemela de Apolo, que se vincula especialmente a los cultos
femeninos, en su carácter de divinidad de la naturaleza salvaje y la
virginidad, y en especial patrona de la transición de las vírgenes al
matrimonio y la reproducción. Es además protectora de los muertos y de
las aguas termales. Es la divinidad femenina más popular en Hispania,
donde adquiere un carácter peculiar, quizá debido al sincretismo con
diosas indígenas y orientales. Sin embargo, esta posición de preferencia
entre las diosas es compartida en la Bética con Venus y Juno. En esta
provincia, como ocurre con estas dos diosas, Diana es muy popular entre
las mujeres. Las donaciones de joyas y ornamentos a esta diosa, como la
de Fabia Fabiana en Algeciras y otra en Hispalis, son puestas en relación
con ofrendas en acción de gracias tras haber superado una grave
enfermedad mental o un ataque de histeria, que los médicos antiguos
atribuían a la incontinencia sexual femenina. No obstante, la mayoría de
las representaciones escultóricas de la diosa en esta provincia se
refieren a su carácter de diosa cazadora. Ello aludiría tanto a la
actividad cinegética de los hombres, sobre todo de las clases altas, como
a la asimilación en la ideología grecorromana de las vírgenes a los
animales salvajes. En las lámparas es muy popular su acepción de
Diana-Luna.
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