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DIVINA PASTORA |
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El predicador capuchino fray Isidoro de
Sevilla
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presenta por primera vez en 1703 a la Virgen bajo el
traje y título de Divina Pastora. La devoción mariana es la devoción
andaluza por excelencia. Apenas hay advocación de la Virgen María que no
reciba culto en Andalucía, y entre todos los títulos marianos, el de
"Divina Pastora" es, por su origen y por su arraigo popular, netamente
andaluz. La tradición quiere que, en el coro bajo de la iglesia de los
capuchinos de Sevilla, la misma Virgen le inspira al padre Isidoro de
Sevilla una escena, en la que la Madre de Dios figura apacentando un
rebaño de ovejas junto a Cristo representado como Cordero de Dios. Fray
Isidoro encarga entonces al pintor Miguel Alonso de Tovar que plasme en
un lienzo semejante imagen, y funda también la primera hermandad dedicada
a la Divina Pastora. El mismo capuchino logra que durante la estancia de
Felipe V en la capital hispalense toda la familia real y la primera
nobleza se inscriban en la recién fundada hermandad, circunstancia ésta
que acalla los reproches que surgen entre teólogos y personas cultas que
creen indigno de la Majestad de la Madre de Dios ataviarla como pastora.
Años después, el beato Diego José de Cádiz
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difunde aún más la devoción a través de las
célebres misiones populares que predica por toda España. Actualmente, la
Divina Pastora es patrona del Deporte Nacional.
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