(AL). Municipio de la provincia de Almería, situado a 185 km. de la capital, en la falda norte de la Sierra María, a unos 1.200 m. de altitud, sobre una superficie de 221 km2 en la que viven 1.635 h. Este pueblo blanco, que forma parte del Parque Natural de la Sierra de María-Los Vélez, está rodeado de pinares y con magníficas panorámicas que se amplían en la subida a la ermita de la Virgen de la Cabeza, situada a unos dos km. del casco urbano, en la umbría de la sierra. Sus habitantes, adaptados al clima frío y seco del invierno, se dedican al cultivo de cereales, almendros y olivos y a la cría de ganado ovino y lanar. Su entorno natural ofrece bellas vistas de la sierra, frías fuentes (la Piza, Alamicos) y excelentes cotos de caza menor en los que encontrar jabalíes, liebres, conejos y perdices.
Los primeros asentamientos humanos en la zona se remontan al Neolítico, como atestiguan los restos hallados en la Cueva de Haza, y también quedan restos de un poblado ibérico, aún sin excavar, en el Pasico, siendo de época romana unas monedas de los emperadores Arcadio y Nerón, aparecidas en la Alfahuara. La cabecera del río Caramel se convierte en lugar de los primeros asentamientos, dentro del casco urbano, durante la época árabe, alrededor del cerro de Santa Quiteria "posteriormente se amplía en torno a dos núcleos: el concejo y el templo parroquial y acaba uniéndose con el barrio de los Hornos de vidrio". Tras la caída del Califato de Córdoba, pertenece en el siglo XI a la taifa de Almería, en el XIII al reino almohade de igual denominación y más tarde al estado nazarí de Granada. Luego de la conquista castellana a finales del XV, parte de los autóctonos quedan y otros regresan después de las expulsiones; forma parte del Marquesado de los Vélez y hasta 1639 pertenece a la localidad de Vélez-Blanco y hasta el siglo XVII no se convierte en municipio independiente.
Su patrimonio artístico testimonia el asentamiento de diferentes culturas en su término: aljibe árabe del siglo XIII; la iglesia de la Encarnación, de estilo mudéjar, del siglo XVI; la Casa de Tercia, adosada al lado norte de la iglesia, que sirve como almacén de granos desde el siglo XVI al XIX (de cal y ladrillo con lienzos de mampostería y bóveda mudéjar de ladrillo); Ayuntamiento levantado sobre un pósito erigido en el siglo XVIII y remodelado por el maestro alarife portugués José Pereira; los "Caños de la Plaza", fuente restaurada en 1783; la Casa-Palacio del marqués de Villafranca y Los Vélez, construida en estilo barroco, con un bello patio interior rodeado de cuadras, silos y caballerizas; la ermita de Nuestra Señora de la Cabeza, situada a más de 1.400 m. de altura en el lugar donde, según la tradición, se aparece la Virgen a un pastor.
Un hijo del pueblo, Andrés Gómez Guijarro (1607), destaca en la lucha contra los turcos durante el reinado de Enrique IV y regresa al municipio convertido en Maese de Campo, donando el Pendón conseguido a la ermita, en la cual permanece hasta su traslado, en 1845, al museo de la catedral de Almería. La devoción a la Virgen de la Cabeza convoca cada año, a finales de abril, una multitudinaria romería desde 1787. Otro de los atractivos de este municipio es la gastronomía típica: de reconocido prestigio son sus embutidos y jamones, a los que se unen las famosas "tortas fritas" de carnaval. En la actualidad, se potencia la proyección turística de este enclave privilegiado de gran belleza natural.
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