Corriente de pensamiento que denuncia y combate el uso descontrolado e irracional de los recursos naturales, y el creciente desequilibrio entre el hombre y su entorno natural. Propone un modelo de crecimiento y desarrollo sostenibles. En los albores del siglo XXI este movimiento social encamina sus acciones a concienciar, haciendo uso de las casi ilimitadas posibilidades de las nuevas tecnologías de la información, de las múltiples amenazas que se ciernen sobre el planeta: cambio climático, acumulación de armas de destrucción masiva, agotamiento de recursos naturales, retroceso de la biodiversidad, herencia nuclear, desarrollo de los transgénicos, superpoblación, pobreza" Los antecedentes del ecologismo andaluz hay que buscarlos en algunas ordenanzas datadas en el siglo XVI "como las de Pescadores de Sevilla de 1512 o las de Zalamea la Real (Huelva) de 1535" y posteriormente, ya en el siglo XIX, en la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Cádiz (1872), pionera en España, y la primera manifestación surgida por conflictos ambientales en territorio nacional, concretamente en la localidad onubense de Riotinto (1888), una movilización que se salda con decenas de muertos.
Conservacionismo. Hasta finales de los años sesenta del pasado siglo XX Andalucía asiste a la evolución del conservacionismo, una tendencia que aboga por la protección de los espacios naturales y la biodiversidad. Su desarrollo está ligado al Parque Nacional de Doñana, un enclave en el que surge la primera agrupación conservacionista española: la SEO; y se fragua la idea de crear la WWF, una de las mayores organizaciones internacionales dedicadas a la conservación de la naturaleza. "Doñana "explica el profesor Rogelio Fernández Reyes en su artículo "El ecologismo en el ecosistema andaluz"" será un símbolo de la naturaleza y catalizadora de luchas ecologistas. El capital humano que rodeó la Estación Biológica de Doñana fue crucial tanto en su lucha contra el cariz desarrollista del ICONA como en la gestación de agrupaciones ecologistas, en la llamada de atención del deterioro de la naturaleza, en la creación de una conciencia general a través de los fotógrafos y medios de comunicación, en la formación de muchos científicos o en el rigor de sus apreciadas aportaciones".
Ecologismo andaluz. A principios de los setenta las asociaciones conservacionistas adquirirán una vocación más social, dando lugar a un incipiente ecologismo andaluz, al que se irán incorporando diversos sectores (sindicales, jornaleros), actores políticos, una nueva masa que comienza a tomar conciencia de los conflictos ambientales (tanto locales como globales) y minoritarios colectivos con sensibilidad animalista. Pueden distinguirse tres etapas en la todavía reciente historia del ecologismo andaluz: la primera se sitúa en el periodo comprendido entre 1975 y 1985, cuando se crean numerosas asociaciones con el convencimiento de que la causa verde no es una cuestión local. Es precisamente en este lapso temporal cuando todas las energías se dirigen a vertebrar los grupos locales en federaciones provinciales y regionales "la Fayde (Federación Ecologista de Andalucía y Extremadura), fundada en 1977, y la FEA (Federación Ecologista Andaluza), de 1978", aunque con escaso éxito. La segunda, iniciada en 1985, contemplará la vieja aspiración ecologista de participar en los órganos administrativos. Para colmar tal expectativa no cesarán los contactos entre asociaciones, dando lugar a algunos esbozos de federación. Así, entre 1986 y 1998 verán la luz la Faadn (Federación Andaluza de Asociaciones para la Defensa de la Naturaleza), la CEPA (Confederación Ecologista Pacifista Andaluza) y Aedenat (Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza); Finalmente, la tercera etapa supondrá el fortalecimiento a partir de 1998 de Ecologistas en Acción Andalucía, organización que agrupa a 111 asociaciones "más del 90% de las que existen en la comunidad autónoma" y se erige en el interlocutor con mayor representación en los debates ambientales de la región. Además, emerge el ecologismo político, representado por los Verdes de Andalucía.
En los últimos tiempos el ecologismo andaluz debe hacer frente a una de las peores catástrofes medioambientales de la historia de nuestra comunidad: el vertido de Aznalcóllar * . Una ocasión crítica en la que se ponen de manifiesto las diversas relaciones que mantiene con las administraciones públicas, más fluidas con las regionales y locales que con la Administración central, alejada y ante la que se suele emplear un tono crítico. Con los ayuntamientos persiste una relación reivindicativa constante mientras que con la Administración regional se alternan periodos de acuerdo y confrontación. Especialmente tensos han sido los desencuentros del ecologismo andaluz con el ICONA y las confederaciones hidrográficas. En términos generales puede afirmarse que los colectivos ecologistas han encauzado las políticas ambientales en Andalucía, demandando a comienzos del siglo XXI experiencias alternativas ante el aumento de incertidumbres por los desequilibrios ambientales. Un ecologismo que, en contraste con el que se practica en la década de los ochenta, es más profesional que voluntario a principios del siglo XXI. [ Javier Vidal Vega ].
|