m.(Del latín abortus ). Acción de abortar.|| 2. Organismo abortado.|| 3. Engendro, monstruo.|| 4. Interrupción del embarazo por causas naturales o provocadas que se efectúa en una época en la que el feto no puede vivir aún fuera del seno materno. El aborto espontáneo se debe siempre a causas patológicas que pueden ser constitucionales u ocasionales. En el primer caso, no es fácil establecer la etiología, pero se supone una disposición hereditaria. Las causas ocasionales más importantes son el trauma directo contra el vientre, caídas y movimientos bruscos, viajes fatigosos, sacudidas, las influencias psíquicas, como el espanto o el terror, las enfermedades febriles e infecciosas y las intoxicaciones. Por otra parte, el método quirúrgico "la aspiración y el raspado" en los tres primeros meses de embarazo es el procedimiento más usado para provocar los abortos. Otra técnica para terminar con una gestación es el aborto químico, aunque es menos eficaz y causa más efectos adversos que el quirúrgico. Productos como las prostaglandinas (misotropol), el metotrexato o la píldora abortiva inhiben la síntesis de la progesterona "la hormona que prepara el revestimiento del útero para la implantación del óvulo fertilizado", inducen las contracciones del útero e impiden el desarrollo del trofoblasto "la futura placenta". Cada año 26 millones de mujeres en todo el mundo abortan legalmente, mientras que otros 20 millones lo hacen al margen de la ley, lo que provoca 78.000 fallecimientos. El Código Penal español persigue y castiga actividades como las realizadas en la clínica malagueña de los ginecólogos Germán Sáenz de Santamaría y Luis Alberto Stolzemburg, detenidos y juzgados por realizar abortos sin autorización de las autoridades sanitarias.
En España, desde 1985 está en vigor la ley de Despenalización del Aborto, que confiere legalidad a estas intervenciones en los tres siguientes supuestos: malformación del feto "aborto eugénico", grave peligro para la vida de la madre "aborto terapéutico" y violación "aborto ético o humanitario". Según los informes publicados en 2002 por el Ministerio de Sanidad y Consumo, cada año se producen 69.857 abortos, una cifra que puede ser superior, pues sólo una parte de las interrupciones voluntarias del embarazo queda registrada en las estadísticas de los organismos públicos. En Andalucía, se registran al año 6,77 abortos por cada 1.000 mujeres, tasa que no se encuentra entre las más altas de España. Si bien, en números absolutos, Andalucía es una de las comunidades autónomas donde más abortos se practican "más de 10.500 cada año", tras Cataluña y Madrid. Las provincias andaluzas con las tasas de abortos más elevadas son Almería y Málaga, donde se supera la barrera de las diez interrupciones voluntarias del embarazo por cada 1.000 mujeres. Estos estudios también desvelan que se duplica en la última década del siglo XX el número de abortos entre menores de edad, lo que evidencia que las campañas institucionales para prevenir los embarazos no deseados son insuficientes. Así las cosas, en torno al aborto se abre un ardoroso debate público que se centra en determinar si el principio de autonomía de la madre le otorga el derecho a decidir sobre la continuidad o no de su embarazo, el peso que debe tener la voluntad del padre y en qué medida el ser humano en formación o nasciturus es absolutamente equiparable o igual al ser humano nacido. Con respecto a esta última cuestión, la conocida posición sostenida por la Iglesia Católica en el texto Donum vitae (1987) considera que en el preciso momento de la fecundación el embrión recibe el alma y se constituye como vida humana, y que desde su fase inicial el cigoto resultante de la fusión del óvulo y el espermatozoide es una realidad biológica autónoma. Por lo tanto, según está opinión, el aborto es un tipo de homicidio y el nasciturus tiene, en todo momento y sea cual sea el estado de salud de la madre, derecho fundamental a la vida. Todo lo contrario argumentan quienes critican la animación inmediata de feto y la tesis de la autonomía del embrión, ya que si bien es un organismo vivo, señalan, el ser humano formado sólo existe cuando concluye el proceso de gestación, "el feto es una realidad que depende de la madre". Desde este enfoque, determinados grupos reivindican un cuarto supuesto para el aborto, la situación socioeconómica, otros demandan un aborto libre y sin restricciones. Entre una y otra posición existen planteamientos moderados que afirman que el feto adquiere progresivamente derecho moral, de manera similar a su desarrollo biológico, dependiendo de que pueda o no sobrevivir fuera de la madre, de que pueda o no sentir dolor y de su actividad cerebral.[ Javier Vidal Vega ]
|