Distinción creada por la firma sevillana Cruz
del Campo, S. A., en 1984, para premiar anualmente a un intérprete,
mediante la deliberación de un jurado compuesto por veinte críticos,
teniendo en cuenta como fundamentos principales de calificación la
pureza, profesionalidad y constancia a lo largo de todo el año, la
investigación de los propios cantaores, la resurrección de estilos en
desuso, la puesta al día de matices perdidos y la labor desarrollada en
recitales, festivales, conferencias, ciclos culturales, etc. Entre los
primeros ganadores de dicha distinción figuran Manuel Mairena (1984),
Fosforito (1985), Chano Lobato (1986) y Paco de Lucía (1987).
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