MADERA

Históricamente, los bosques andaluces han facilitado considerables cantidades de madera, y en especial las sierras jiennenses de Cazorla y Segura son durante siglos las que aportaron la mejores maderas para los buques españoles que hacen la ruta de América o intervienen en batallas como la de Lepanto. Pero las talas intensas y sin repoblaciones adecuadas, reducen notablemente los recursos madereros en la Andalucía alta, cuya superficie forestal se contrae a menos de la mitad de la existente a finales de la Edad Media. En los últimos años del franquismo, cobra rápida importancia el eucalipto en la provincia de Huelva para la obtención de madera y pasta de papel y esta provincia llega a ser en algunas coyunturas la que ofrece mayor volumen de madera de toda España, incluyendo las provincias gallegas. La producción andaluza de madera, muy oscilante, y con cifras bajas en los años ochenta y noventa, ha crecido en los últimos años, hasta situarse en el millón anual de metros cúbicos, sobre todo por el desarrollo de las especies frondosas, de crecimiento rápido, pues las coníferas, de crecimiento más lento, se mantienen en sus niveles. Las dos principales provincias madereras son hoy Granada (chopo y olmo) y Huelva (eucalipto blanco). A considerable distancia quedan el resto de las provincias, con cifras muy bajas en el caso de Sevilla y Cádiz. En coníferas, no obstante, se destaca Málaga.