(JA). Municipio de la provincia de Jaén, situado al noroeste de la capital y en su comarca o área de influencia, a tan sólo 11 km. de distancia. Se enclava al pie de la sierra de Jabalcuz, a unos 640 metros de altura, y cuenta en 2006 con 14.076 h. Posee una extenso término municipal de 182 km 2 . y su cercanía a Jaén, al borde de la autovía Bailén-Madrid, condiciona su dinámica actual de crecimiento urbanístico y diversificación económica.
Historia. Los primeros indicios de ocupación humana en Torre del Campo se remontan al periodo Calcolítico, como lo atestiguan yacimientos cercanos al pueblo. Los vestigios más numerosos, no obstante, son de época ibera, durante la que se produce una jerarquización territorial en torno al Cerro Villagordo (Cerro del Pintado) de oppidum o fortalezas (Cerro Miguelico, Atalayuelas, Torrejón, etc.) y pequeños recintos amurallados (Cerro Guinea, Cerro Largo, etc). En la época romana, se localizan en la zona numerosos asentamientos rurales o villae , como los de Muña, Torre Olvidada, Cerro de San Antón, La Divina o el Cortijo Nuevo.
El origen del actual pueblo se relaciona con la crisis y abandono del oppidium ibero de Cerro Miguelico, cuyos habitantes se asientan entre los siglos I y II d.C. en el actual solar de la villa, donde aparecen numerosas explotaciones agrícolas. En la época musulmana, estos asentamientos se concentran para formar la alquería de Mary Turrus, próxima al arroyo del Judío y al antiguo camino entre Jaén y Martos. Pertenecía a la extensa cora califal de Jaián y, en el XI, primero a la taifa de los Banu Zirí granadinos y, luego, al extenso reino de los abbassíes sevillanos, para integrarse en el reino almohade de Jaén en el XIII. Entonces se fortifica con un castillo -localizado en los jardinillos anexos a la Plaza del Pueblo- que es destruido a mediados del siglo XX.
Fernando III la conquista en 1243 (aunque permanece parte de la población autóctona; incluso a principios del XVII había una Morería, según el historiador francés Lapeyre) y en los alrededores establece su campamento para preparar la conquista de Jaén. El nombre de Torre del Campo aparece por primera vez en un documento de 1251 que, por orden de Fernando III, deslinda los términos de Jaén, Martos y Castillo de Locubín. Dependiente de Jaén, la localidad no obtiene título de villa hasta 1804, cuando Carlos IV le concede la independencia.
Monumentos y economía. Junto a los diversos yacimientos arqueológicos ya citados, lo más destacable del patrimonio local son la plaza y la iglesia de San Bartolomé, del siglo XVI, y el conjunto de casas de finales del XIX y principios del XX, que la burguesía agraria local construye en las calles adyacentes. Su economía, que hasta hace poco es de base agrícola, sustentada en el monocultivo del olivar, cobra un fuerte impulso en las dos últimas décadas, gracias a un tejido empresarial en el que destacan la industria manufacturera, la construcción, las actividades inmobiliarias y de alquiler y la hostelería. La renta media declarada es de 11.691 euros. Sus fiestas más importantes son los carnavales, la Semana Santa, la romería de Santa Ana en mayo, la feria en julio, el Corpus Christi y las celebraciones que se realizan en torno al 10 de junio para conmemorar la independencia de la villa. En su gastronomía destaca la repostería, en parte de origen morisco, y los vinos del lugar, blancos y levemente amontillados.
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