|
VALLE, ADRIANO DEL |
VOLVER |
|
(sevilla, 1895-madrid, 1957). Poeta. Uno de los principales impulsores y animadores del Ultraísmo * en Sevilla, movimiento literario que adquiere un protagonismo especial en la vanguardia poética de principios de siglo XX, y en el que también participan otros autores como Isaac del Vando-Villar, Fernando Villalón, Pedro Garfias, Rogelio Buendía y, sobre todo, Rafael Cansinos-Assens. Durante el verano de 1918, el poeta trabaja de forma intensa en la preparación del primer número de la revista Grecia , publicación en la que en 1919 aparece el primer manifiesto ultraísta y en la que edita buena parte de su obra de juventud. En ella, además de los ultraístas, también participan autores de renobre como Jorge Luis Borges, Antonio Machado o Vicente Aleixandre. En 1927, Adriano del Valle participa de forma entusiasta en el homenaje que el Ateneo de Sevilla dedica a la figura de Góngora, y que se considera el hito fundacional de la Generación del 27. En 1934 publica sus primeros poemarios, Primavera portátil y Mundo sin tranvía . De 1939 es la obra Lyra Sacra , obra seguida por Los gozos del río (1941). Estas obras reflejan una poesía popular, deudora de los versos de Rafael Alberti y Federico García Lorca. Su voz poética más personal, no obstante, se deja ver en 1941, año de la publicación de Arpa fiel , año en el que obtiene el Premio Nacional de Poesía. A partir de este momento, su bibliografía se completa con Sonetos a Italia (1942), La innombrable (1954), Misa de Alba en Fátima y Gozos de San Isidro (1955), Oda naútica a Sevilla (1957) y Égloga de Gabriel Miró y fábula del Peñón de Ifach (1957). En estas últimas obras, Adriano del Valle incide en la línea rubeniana, y en sus versos concurren el artificio de la metáfora, la greguería, la simbología y una cierta objetividad estética, que le llevan a expresar más que estados de ánimo, estados estéticos. Este mismo espíritu es el que impregna la prosa de sus artículos, esteticista y barroca. Vinculado poética y vitalmente a Sevilla, ciudad que apenas abandona, Rafael Alberti lo califica en la Arboleda perdida como el "último náufrago del Ultraísmo".
|
|