| (", hacia 1390-valladolid, 1453). Político castellano de origen aragonés. Hijo bastardo del copero mayor de Enrique III * , consigue engrandecerse en los ambientes políticos de Castilla gracias a las buenas relaciones de la familia Luna con la nobleza castellana, en especial con Fernando de Antequera. En 1408 entra a formar parte del séquito de Juan II Castilla como paje y compañero de juegos. En 1420 participa en el denominado "atraco de Tordesillas", perpetrado por el infante Enrique de Aragón, hijo de Fernando de Antequera. Álvaro de Luna logra huir con el rey de su prisión en la ciudad toledana de Talavera de la Reina para hacerse fuerte en el castillo de Montalbán. A raíz de ello, es nombrado conde de San Esteban y recibe los señoríos de Gormaz y Ayllón, el castillo de Bayuela, la ciudad de Arjona y las tierras de la villa abulense de La Adrada. Asimismo, en la ordenación del nuevo gobierno, en 1423, don Álvaro es nombrado condestable de Castilla en sustitución del defenestrado Ruy López Dávalos * . Desde este cargo no deja de aumentar su poder y de sostener la política del reino.
Don Álvaro de Luna defiende siempre el poder monárquico, frente a una nobleza dominada por las intrigas palaciegas y las conspiraciones, encabezada por los infantes de Aragón. Dicha labor tiene momentos de gran éxito y otros de rotundo fracaso, como las dos veces en las que es desterrado por la unión de la nobleza en su contra (1427-1428 y 1439-1441). Durante el resto de su gobierno, las líneas maestras de Álvaro de Luna se inclinan hacia la alianza con Francia y Portugal, buscando aislar al reino de Aragón de contactos exteriores. Asimismo, reanuda la guerra contra Granada, realizando una campaña entre 1430 y 1431 de carácter propagandístico, consiguiendo una importante victoria en la batalla de Higueruela * . Su política autoritaria provoca el enfrentamiento de la aristocracia castellana contra las milicias del rey en la batalla de Olmedo (1445), en la que el bando real obtiene una contundente victoria. Pese a que este momento podía haber sido el de consolidación del poder de don Álvaro de Luna, realmente tras él se inicia su declive. La acaparación del poder en sus manos y su política monetaria, encaminada a su enriquecimiento, le conducen a la pérdida del apoyo de buena parte de sus partidarios, sin olvidar el constante clima de guerra civil encubierta, que hacía necesaria una solución. Estos argumentos son utilizados por la nobleza castellana, que crea la Gran Liga Nobiliaria (Coruña del Conde, 1449). Como consecuencia de todo ello, gracias a la intervención del príncipe heredero Enrique, su favorito el marqués de Villena, y de la segunda esposa de Juan II, Isabel de Portugal, Álvaro de Luna es hecho prisionero por Álvaro de Stúñiga en Burgos y, tras un proceso carente de toda garantía judicial, es llevado al cadalso situado en la plaza pública de Valladolid el día tres de junio de 1453. [ María Antonia Carmona Ruiz ].
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