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AVICENA

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(afsana, entre las repúblicas de uzbekistán y turkmenistán, 980-hamadan, irán, 1037). Filósofo, teólogo y médico, de nombre Abu "Ali al-Husayn b. "Abd Allah b. al-Hasan b. "Alí b. Sina. Seguidor de un aristotelismo platonizado por el pensador iraní Alkindi y por al-Farabí * , Ibn Sina "o Avicena, para los latinos" nunca está ni proyecta viaje alguno a Andalucía. Sin embargo, son los sabios andalusíes quienes traspasan a la Europa occidental y cristiana el pensamiento de este importante filósofo árabe. Buena parte de la vida de Ibn Sina discurre "itinerante" en las cortes de emires y sultanes ejerciendo su oficio de médico, y huyendo también por toda Persia de las invasiones de los turcos sunníes.

La filosofía de Avicena pretende hacer compatibles el pensamiento griego con la religión islámica. La metafísica aviceniana parte de la idea teológica de la creación del mundo por Dios, doctrina extraña a la metafísica sustancialista de Aristóteles, para quien la materia es eterna. Con objeto de dejar margen a la acción creadora de Dios, Avicena desarrolla una doctrina que distingue entre esencia y existencia en los seres creados. La esencia de los objetos no incluye su existencia, ésta viene a ser un añadido que les da el único ser necesario por sí mismo: Dios. Todas las cosas tienen una esencia posible y una existencia que les concede Dios. La división entre esencia necesaria por sí y esencias meramente posibles "que pueden existir o no, gracias a la Esencia primera y necesaria", es un hallazgo aviceniano que tiene una larga herencia en la escolástica latina medieval. Santo Tomás de Aquino funda aquí las bases de su distinción real de esencia y existencia. Para Santo Tomás, la existencia sería, interpretando a Ibn Sina, un accidente añadido a la esencia, algo extrínseco a la esencia y que la hace verdaderamente existente. Gracias a esta distinción aviceniana, las teologías musulmanas y cristianas pueden armonizar durante siglos sus dogmas religiosos con Aristóteles. La teoría del ser necesario por sí mismo y de los seres posibles sirve también a la escolástica cristiana para argumentar a favor de la existencia de Dios. Se trata del famoso argumento por la contingencia de Santo Tomás, cuya raíz está en Ibn Sina: si el ser posible existe es porque otro lo hace necesario, y ese otro no puede ser más que el ser necesario por sí mismo. Las esencias dejan un hueco que luego el ser necesario por sí mismo "Dios" llena con la existencia.

Recogiendo la herencia griega y las doctrinas de al-Farabí, Ibn Sina defiende una teoría del conocimiento que afirma que, ajeno al hombre, existe un entendimiento agente por medio del cual el entendimiento humano pasa de potencia a acto; es decir, el conocimiento tiene lugar gracias a una iluminación intelectual que culmina en la iluminación profética. La inteligencia humana se hará más aguda cuanto más próxima se halle al entendimiento agente.

Avicena, coherentemente con estos presupuestos epistemológicos, sostiene en ética un acusado intelectualismo moral. Todo el mal que el hombre realiza lo hace por ignorancia, por desconocimiento del fin propio al que el entendimiento agente guía a las almas racionales. A la hora de tratar estos temas, las doctrinas estrictamente filosóficas se mezclan en Avicena con un cariz visionario que nos recuerda que su afán intelectual nace de principios religiosos. El acrecentamiento de la sabiduría se ordena a la salvación del hombre, que exige el reconocimiento del maravilloso orden cósmico de la creación. En resumidas cuentas, Ibn Sina cifra el destino del hombre en el descubrimiento del poder supremo de Dios manifiesto en el orden universal.

Las obras de Avicena son numerosas. Se le atribuyen unas 250 obras, aunque entre las que constan con seguridad y las que pueden atribuírsele con fiabilidad su número ronda las 92 obras. Destacan dos: al-Sifa ( La curación ) y al-Nayat ( La salvación ). En español, además, hay una excelente semblanza intelectual de Ibn Sina en el libro del arabista malagueño Miguel Cruz Hernández * Historia del pensamiento en el mundo islámico .[ Alberto Guallart ].

 

 
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