Aunque es bastante frecuente identificar el cincelado con el repujado, en verdad son términos distintos que definen técnicas diferentes: el repujado consiste en dar volumen a una lámina de metal trabajándola primero por su reverso y después por su anverso, mientras que el cincelado se acomete directamente por el anverso de las piezas de bulto. Es por ello que el repujado llega a convertirse en la técnica predominante de la actual orfebrería cofradiera andaluza, dado el uso generalizado de metal laminado como materia base, que, una vez decorado, reviste la estructura de madera que conforman los pasos y tronos de nuestra Semana Santa. El cincelado, más propio de la joyería y la orfebrería civil, se limita prácticamente al repaso de las reproducciones de fundición.
El arranque y posterior consolidación de estas formas de trabajo, singularizadas en la orfebrería procesional, hay que ubicarlo necesariamente en la ciudad de Sevilla desde finales del siglo XIX, cuando la pericia de algunos de sus maestros artesanos logra marcar las pautas del estilo hoy más extendido en este tipo de producción. Serán concretamente los orfebres Manuel Seco y, de forma destacada, Cayetano González Gómez, los iniciadores de sendas escuelas de orfebrería religiosa, continuadas directamente por nombres tan prestigiosos, entre muchos otros, como los de Manuel Villarreal, Luis Jiménez, Jesús Domínguez, Juan Fernández, José Zabala, Juan Antonio Borrero, Manuel de los Ríos, Ramón León, los hermanos Delgado López o los hermanos Marmolejo Hernández, hijos éstos del recientemente desaparecido Fernando Marmolejo Camargo * .
En los inicios del siglo XXI, el particular estilo de estos maestros, aceptado como el más idóneo en la estética cofradiera andaluza, se extiende a todos los rincones de Andalucía. Orfebres como Emilio García Armenta, Francisco Díaz Roncero, Juan Gabriel Lama, los hemanos Angulo, Juan Landa, Aragón y Pineda, Rafael Peidró, Antonio García Falla, Cristóbal Martos, Manuel Rodríguez, Rafael Moreno, Miguel Moreno, Adán Antonio Jaime, Manuel García Alonso, Miguel Vargas, Eleuterio Aragón, Diego Martín... son sólo algunos ejemplos de orfebres andaluces especializados en el repujado cofradiero. [ Esther Fernández de Paz ].
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