(JA). El municipio de Marmolejo, conocido como "fuente de salud", se localiza en la comarca de Andújar, al noroeste de la provincia de Jaén. Está rodeado, al Norte, por las faldas de Sierra Morena, formando parte del Parque Natural de la Sierra de Andújar, con un paisaje dominado por el olivar, y, al Sur, por la Vega del Guadalquivir, donde se encuentran los cultivos de regadío y las famosas huertas. Cuenta con una extensión superficial de 178 km 2 y una población total en 2005 de 7.605 h.
Si por algo es conocida esta localidad, es sin duda por sus aguas minero-medicinales (acídulas gaseosas), localizadas en más de una decena de manantiales, entre los más nombrados Fuente Agria, Fuente de los Socialistas, El Ecijano, y otros tantos sondeos. Las bondades del agua se conocen ya en el siglo XVIII y desde entonces comienzan a llegar forasteros que se alojan en las numerosas fondas y hoteles que proliferan. Con la construcción del balneario en el primer tercio del siglo XX y desde que éste abre sus puertas (de abril a noviembre), el pueblo vive para y por los numerosos visitantes conocidos como "agüistas". El balneario, que adquiere gran renombre y prestigio a nivel nacional, como estación terapéutica de primer orden en los tratamientos de enfermedades vinculadas al riñón, hígado y aparato digestivo, se convierte en la principal fuente productiva que reactiva otros sectores básicos como la agricultura, los servicios (con numerosos oficios que se requieren) o el comercio; y demanda la instalación de nuevos servicios como el ferrocarril, la estación telefónica... Este dinamismo contribuye al incremento de la población, de tal manera que en 1860 son 3.713 h.; en 1930, 7.217 h.; y en 1950, 8.100 h. A pesar de décadas de esplendor, el Balneario cae en un estado de semi abandono en la segunda mitad del siglo XX, lo que obliga, por falta de asistencia, al cierre y derrumbe de algunos de los hoteles más importantes. Hoy en día, se está realizando un esfuerzo tanto por parte de la administración pública como de la población local por recobrar aquel dinamismo.
Junto a esta actividad, a principios del siglo XX existe una hegemonía del sector agrario con tendencia al monocultivo (fundamentalmente del olivar y en menor medida cereal y hortaliza), muy apegado a las formas de cultivo tradicional y escasa comercialización. La expansión del olivar se produce durante el siglo XIX "muy vinculada a los procesos de desamortización", llegando incluso a las zonas próximas a Sierra Morena, que hasta entonces habían estado dedicadas a dehesas de encinar. De esta manera el olivo se extiende fundamentalmente entre la sierra (la franja del río Guadalquivir y los terrenos pizarrosos de Sierra Morena) y la campiña. Las tierras de mayor fertilidad se han dedicado tradicionalmente al cereal, mientras que la huerta forma parte hoy en día de la identidad local.
A pesar del marcado carácter agrario, el mercado de trabajo demuestra un predominio de los ocupados en la industria manufacturera, siendo muchos (36,7%) los que trabajan en ella (muebles, plásticos, agroservicios, agroalimentarias). Esta industria se ubica en los polígonos industriales, aprovechando la situación estratégica del municipio, prácticamente en la autovía A-4. El sector agrario ocupa al 20% de los activos, pero mantiene un elevado número de trabajadores eventuales. El éxodo rural (1960 población de 8.463 h.; 1970, 8.177 h.; 1981, 7.106 h.; 1991, 7.313 h.) deja una herencia en la dinámica de la población actual que demuestra una tendencia regresiva, con crecimiento vegetativo de -2,10.
Durante la época musulmana estas tierras forman parte de la cora o provincia califal de Jaian; luego, en el siglo XI, a la taifa de los Banu Zirí granadinos y a la extensa de los abbasíes sevillanos, y en el XIII al reino almohade de Jaén, existiendo aún a principios del siglo XVII una importante morería, según el historiador francés Lapeyre. Por último, es necesario mencionar los lugares de interés como la iglesia de Nuestra Señora de la Paz (del siglo XIV); la ermita de Jesús, de estilo barroco, y el Castillo de la Aragonesa, entre otros, sin olvidar, por supuesto, el Balneario. De sus fiestas destacan las que se celebran en honor de San Julián (10-15 agosto), la romería de la Virgen de la Cabeza (en abril) y el Corpus, cuando los vecinos decoran las calles de alfombras de virutas de colores. [ Reyes Manuela González Relaño ].
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