| (MA).Municipio de la comarca Valle del Guadalhorce, a 53 km. de la capital, entre las estribaciones de las Sierras de Alcaparaín, Baños y Aguas. Cuenta con una población de 830 h. repartidos sobre una superficie de 21 km2. Su origen se remonta al siglo XIX, aunque el cronista José Salgado escribe en 1725 que en el lugar sólo existe el llamado Cortijo de Aguas Hediondas, pero en sus alrededores se han encontrado, junto al arroyo de las Cañas, sepulcros, restos de cerámica y de una muralla que remontan su historia a la época romana. Un mendigo, llamado Juan Camisón, descubre en el siglo XVIII las propiedades curativas de las aguas sulfurosas del manantial de Carratraca y la zona, cubierta de espesos encinares, comienza a poblarse. Su paisaje es abrupto: el casco urbano se encuentra rodeado de bosquetes de pinares, pequeños campos de olivos y monte bajo, y en el valle discurre el arroyo de las Cañas que riega zonas de huerta y cultivos de cereal. Destaca en el conjunto monumental del municipio la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Salud, que consta de tres naves separadas por arcos de medio punto con armadura de madera y bóvedas semiesféricas que cubren el presbiterio y el camarín patronal; asimismo, merece especial atención el conjunto arquitectónico formado por la casa de Trinidad Grund, de estilo neoárabe con arcos de herradura, convertida actualmente en ayuntamiento, la plaza de toros de planta poligonal, excavada en la roca de Sierra Blanquilla, y una torre desde la que se divisa la belleza del entorno.
Sobresale, además, el Balneario, de estilo neoclásico, con patio interior de zócalo de cerámica y un templete rodeado de columnas de mármol jaspeado. Cercanas al casco urbano se encuentran las Cuevas del Duende, el Abrigo de Alcaparaín, la Sima Gorda y la Sima de los Murciélagos. Entre las fiestas que celebra el municipio destaca la escenificación viviente de la Pasión de Cristo, en Semana Santa; la procesión del Corpus Christi que discurre por las calles ricamente adornadas; las hogueras de San Juan, el 24 de junio; y las fiestas patronales y feria popular celebrada en agosto en honor de la patrona. En todas ellas se degustan los platos típicos de su gastronomía: el chivo a la pastoril y el jarrete a la campera, junto a las tortas de aceite, los cubiletes y los roscos de manteca.
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