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GIRIBAILE |
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Oppidum ibérico situado en el término municipal de Vilches (Jaén). Emplazado sobre un espolón amesetado en la confluencia de los ríos Guadalén y Guadalimar, ocupa una posición privilegiada que le permite controlar un amplio territorio en la cuenca alta del Guadalquivir. Aunque existen evidencias de que la meseta está poblada durante el Bronce, todo indica que en el momento de fundación del asentamiento ibérico el área estaba deshabitada. Por la cronología de los materiales recuperados en superficie, parece que el oppidum protohistórico se inicia en el siglo IV a.C. y es destruido a comienzos del siglo I a.C. Ocupaba una extensión de 18 ha, delimitada por murallas de trazado irregular y acantilados naturales. La zona de más fácil acceso estaba cerrada con muros, en los que son distinguibles bastiones y la puerta meridional. El urbanismo se organiza a partir de grupos de manzanas de casas y calles. Alrededor de la meseta y junto a los caminos de acceso al oppidum se encuentran las necrópolis. Se localizan tres grupos principales de tumbas: necrópolis de la Plataforma Inferior, necrópolis del Castillo y necrópolis del cortijo de las Casas Altas. En la primera de ellas se identifican los restos de un monumento funerario que, aún estando muy deteriorado, demuestra la importancia del espacio ritual donde se ubicaba. Después de su destrucción en el siglo I a.C., la zona no vuelve a ocuparse hasta época visigoda o mozárabe, momento en el que se acondicionan para su uso como santuario u oratorio una serie de cuevas localizadas en los cantiles orientales de la meseta. En época islámica, dado el valor estratégico de la mesa de Giribaile para el control tanto del Valle del Guadalquivir como las rutas procedentes de Sierra Morena, se construye en ella una fortificación que pasa definitivamente a manos cristianas después de la batalla de las Navas de Tolosa. [ José Andrés Afonso Marrero ].
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