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CAZALILLA |
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(JA). Municipio de la Comarca de La Campiña de Jaén, a 31 km. de la capital. Ocupa una superficie de 47 km2 y cuenta con 840 h., que se dedican casi exclusivamente a las labores agrícolas, ya que las tierras labradas ocupan la totalidad de su término. Es de los pocos municipios jiennenses en los que el olivar cede terreno a zonas cultivadas de cereales, garbanzos, habas, matalahúga y girasol; y en el Norte, que llega hasta las riberas del Guadalquivir, se cultiva algodón y maíz. Su terreno de campiña favorece la caza menor, en especial de liebres y perdices que encuentran aquí un lugar idóneo para su cría y alimentación. La presencia de los primeros pobladores se remonta al III milenio a.C.: en el casco urbano y en el asentamiento del cerro de la Coronilla, en el Cortijo de la Atalaya, situado sobre una colina, se han encontrado restos de cerámica y de una fortificación defensiva. En el siglo VI a.C. la cultura ibérica se extiende a esta zona. Durante la época romana existe un poblamiento disperso de villas, alguna de las cuales se sitúa en el actual emplazamiento del municipio. De la época árabe quedan huellas, habiéndose encontrado la lápida sepulcral de un caudillo llamado Mauru que muere en el año 885, probablemente un muladí (cristiano convertido al Islam). Durante la conquista castellana recibe el nombre de Caztalliella y junto al castillo medieval hay otro a pocos kilómetros, el de María Martín, del que apenas se conservan restos de su torre hecha de irregular mampostería. En el siglo XVII obtiene el título de villa independiente y, según el historiador Lapeyre, había una importante Morería. El monumento más importante de su núcleo urbano es la iglesia parroquial de Santa María Magdalena, con torre de sillería rematada por un chapitel piramidal. Celebra sus fiestas patronales en febrero, con la tradicional costumbre de la fiesta de la pava. Otras fiestas se suceden a lo largo del año: la Virgen de la Cruz (mayo), con misa rociera en el paraje del Charcón, y la feria popular en agosto. Su gastronomía ofrece suculentos guisos de caza (jabalí, conejo, perdiz, venado), salmorejo, espárragos trigueros y exquisitas gachas de miel.
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