(HU).Municipio de la Comarca de Huelva, de 119 km 2 de extensión, situado entre los ríos Odiel y Tinto, con 7.373 h. en 2006. El pueblo se halla a una altitud de 76 m. sobre el nivel del mar. Está bien comunicado gracias a la carretera N-435, que circunda su casco urbano y lo conecta con la A-49 Sevilla-Huelva-Portugal.
La presencia humana en estos territorios se atestigua desde la prehistoria. Entre los vestigios más importantes de estas primeras civilizaciones destaca el dolmen de Soto, que data entre 2.500 y 3.000 años antes de Cristo. De época romana existen numerosos restos, como el llamado Pilar de Media Legua, en el antiguo camino a Sevilla, o los vestigios que se hallan en El Villar. Apenas se tienen noticias de la villa de Trigueros durante la época árabe, pero se sabe que existe, ya que la actual iglesia de San Antonio Abad está construida sobre los cimientos de una fortaleza almohade. Pertenece a la cora de Niebla y, tras la fragmentación del Califato, se integra en el siglo XI al extenso reino abbasí de Sevilla y al reino almohade de la misma ciudad en el XIII. En ese siglo se produce la conquista castellana por Fernando III, perviviendo parte de la población autóctona; incluso a principios del XVII hay una morería, según el historiador francés Lapeyre.
La primera referencia escrita conocida de Trigueros aparece en un documento de deslinde del siglo XIII, y en él consta como un poblado perteneciente al Concejo de Niebla. En 1324, Alfonso XI dona Trigueros a Juan Alonso de la Cerda, señor de Gibraleón, aunque en 1346 regresa al Concejo de Niebla. Entre los siglos XII y XIV, además, el río Tinto permite al pueblo tener su propio embarcadero para la exportación de sus productos agrícolas. En 1369, Trigueros pasa a formar parte de las posesiones de los duques de Medina Sidonia y en los siglos siguientes se produce un afianzamiento de la población. Las buenas cosechas de cereal que ofrecen sus tierras posibilitan cierta bonanza económica y el asentamiento en el pueblo de sendas comunidades de jesuitas y carmelitas.
En el siglo XVII, sin embargo, la población sufre los estragos de la guerra fronteriza con Portugal y, en la siguiente centuria, las nefastas consecuencias del terremoto de Lisboa, que deja maltrecho su casco urbano. El siglo XIX es también un periodo de cierto esplendor, en el que Trigueros sigue produciendo grandes cantidades de trigo, vino y aceite, además de ganado lanar, cabrío, vacuno y porcino. Asimismo, Madoz consigna la existencia de "quince fábricas de alfarería, cinco canales, ocho tahonas y doce vigas de aceite". A finales del XIX comienza un periodo de declive y de emigración de su población hasta Huelva, que ya no se detiene hasta décadas recientes. Sus monumentos más importantes son la iglesia de San Antonio Abad, de estilo mudéjar, el convento del Carmen, la ermita de la Misericordia y el antiguo convento de los jesuitas, todos ellos del siglo XVI.
Junto a los pilares primarios tradicionales, su economía aprovecha la cercanía de la capital y desarrolla unos emergentes sectores de la construcción, inmobiliario, hostelero y manufacturero. Su calendario festivo se compone del día de San Antonio Abad -el 17 de enero-, la Semana Santa, la verbena y la romería de San José Obrero -entre abril y mayo-, las fiestas de la Virgen del Carmen -patrona de Trigueros, a mediados de julio-, la fiestas de las capeas -entre agosto y septiembre- y la Feria de octubre. En su gastronomía sobresalen platos como la "tostá", elaborada con pan del pueblo y acompañada de carne, rábanos, aceitunas o pescado frito.
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