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COLOMA, LUIS |
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(jerez de la frontera, cádiz, 1851-madrid,
1915).
Jesuita y novelista. Se licencia en Derecho en
Sevilla y, asesorado por Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero),
publica su primera obra:
Solaces de un estudiante
. Se establece por unos meses en Madrid, donde
ejerce la abogacÃa y milita activamente en el partido alfonsino,
partidario de la restauración borbónica; colabora en los
periódicos
El Tiempo de Madrid
y
El Porvenir de Jerez
. Un accidente que le pone cerca de la muerte
influye decisivamente en su vocación, ingresando en la CompañÃa de Jesús
el 30 de octubre de 1874, en Poyanne (Landas, Francia). Su principal
oficio es el de escritor y redactor de
El Mensajero del Corazón de Jesús
, en Bilbao (1885-1894) y Madrid, donde muere. En
esta revista van saliendo, por entregas, la mayor parte de sus obras.
Escritor realista, describe las costumbres populares y refleja en algunas
de ellas el ambiente revolucionario de 1868 (
CaÃn
,
Mal alma
,
Juan Miseria
). En una serie de narraciones breves (
Pilatillo
,
La malediencia
,
Ranoque
, etc.), junto a la amenidad y al realismo aparece
la enseñanza moral, con más moderación que en su maestra Fernán
Caballero. Estas obras menores se editan reunidas bajo los tÃtulos
Lecturas recreativas
(1887) y
Del natural
 (1888).
En el campo de la novela aristocrática, donde otros
coetáneos fracasan, escribe
La Gorriona
(1886), en la que fustiga la moral laxa de la
sociedad sevillana. Pero su mayor triunfo lo constituye
Pequeñeces
(1890), que refleja el ambiente de la aristocracia
madrileña en los tiempos de Amadeo de Saboya y la Restauración, y que
levanta una gran polvareda entre los crÃticos literarios y la alta
sociedad. Tiene una difusión extraordinaria para su tiempo: numerosas
ediciones y traducción al francés, inglés, alemán e italiano. En la misma
lÃnea de
Pequeñeces
, pero sin su interés ambiental, cabrÃa colocar
a
Boy
 (1896), eco lejano de su estancia en el Colegio
Naval de San Fernando, novela que tiene sus dificultades con la censura
de la CompañÃa de Jesús y que ha de acabar con un desenlace
precipitado.
A sus relatos cortos de esta época (
El salón azul
, (
Chist!
,
¡Era un santo!
,
La cuesta del cochino
) siguen sus biografÃas noveladas:
Retratos de antaño
(personajes del siglo XVIII, según las Memorias del
duque de Villahermosa),
La Reina Mártir
(MarÃa Estuardo),
JeromÃn
(Don Juan de Austria),
Recuerdos de Fernán Caballero
, y
Fray Francisco
(Cisneros). Tres de sus obras (
Pequeñeces
,
Boy
y
JeromÃn
) son llevadas al cine.
Al margen de su producción literaria, conviene
señalar su frecuente trato con la regente, MarÃa Cristina de Habsburgo,
hasta llegar a ser uno de sus consejeros y el elegido por ella para dar
unos dÃas de ejercicios espirituales al joven rey Alfonso XIII como
preparación a su mayorÃa de edad y comienzo de su reinado.
Coloma impacta en sus contemporáneos, quienes, por lo
menos en parte, no son parcos en alabarle. Asà Menéndez Pelayo ve en él
"una verdadera genialidad de novelista", y Alcalá Galiano escribe: "Sus
dotes excepcionales de narrador, su ingenio, su maestrÃa en el diálogo,
la observación de los caracteres y el ambiente social de su época le
otorgan un puesto muy honroso en la novela del siglo XX". Sin embargo, un
buen número de crÃticos censura su ingreso en la Real Academia de la
Lengua (9 diciembre 1908), ocasión que aprovecha para pronunciar un
discurso sobre la obra literaria del Padre José Francisco de Isla. Su
estima ha bajado mucho. Ya a partir de los años treinta, se le acusa de
"ingenuidad", "moralidad dulzona..., más propia de misionero que de
literato", de "una prosa periodÃstica sin elegancias de estilo ni sentido
popular". Acaba interesando en él más la acción de la novela que sus
logros literarios. Según sus crÃticos, lo mejor de Coloma estriba en el
valor documental de la época. Sus obras están editadas en
Epistolario, 1890-1914
(Santander, 1947) y
Obras completas
 (Madrid 1943, 1952, 1960).
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