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QUIROGA, MANUEL |
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(sevilla, 1899-madrid, 1988). Compositor, de nombre Manuel López-Quiroga Miquel. Nace en el seno de una familia de artesanos y muestra desde muy niño una clara vocación por la música, aunque trabaja en el taller familiar de grabado en metal. Tras estudiar dibujo por consejo familiar, ingresa en el conservatorio sevillano, donde estudia piano y composición. Toca el piano en el teatro San Fernando de Sevilla, pero su pasión es la composición y comienza con canciones y pequeñas piezas teatrales. Estrena diversas obras en el sevillano Teatro del Duque, como La niña de los perros , Sevilla qué grande eres o El Cortijo de las matas . En 1929, decidido a seguir su vocación, se marcha a Madrid. No es fácil, sin embargo, el triunfo, y ha de simultanear las tareas de compositor con las de grabador. No le interesa mucho la zarzuela y se orienta hacia la tonadilla. Conoce a Rafael de León * y comienzan una fructífera colaboración; hacia 1933 Quiroga abandona definitivamente el grabado para dedicarse a la copla, aunque la Guerra Civil paraliza pronto sus proyectos. Con la posguerra, al dúo se une Antonio Quintero y se inicia una larga etapa de éxitos populares en el mundo de la copla, que se suceden hasta avanzados los años sesenta. Llega a componer casi las 3.000 canciones, de las más variadas modalidades. Sólo en zambras o pasodobles superaba las doscientas, y con continuos hallazgos como "A tu vera", "Pena, penita, pena", "La niña de puerta oscura", "Y sin embargo te quiero", "Lola Puñales", "Me embrujaste", "La niña de la Estación", "Dime que me quieres", "Candelaria luna", "Romance de Valentía", "Triniá", "Pena mora", "La Parrala", "La zarzamora", "Rocío", "No te mires en el río", "Ay Maricruz", "Ojos verdes", "Tatuaje", "La Lirio", "La Ruiseñora", "Coplas de Luis Candelas", "Amante de abril y mayo", "Francisco Alegre", "Romance de la otra", "La Loba", "A la lima y el limón" o "María de la O". Compone para muy diferentes artistas, de Raquel Meller a Lolita Sevilla, de Angelillo a Manolo Caracol, de Paquita Rico a Marifé de Triana, de Imperio Argentina a Carmen Sevilla, de Juanito Valderrama a Rocío Jurado, de Estrellita Castro a Lola Flores, pero sobre todo para Concha Piquer y Juanita Reina. Pedro Garfias le dedica estos versos: "Por ti, maestro, la pena / tuvo su nombre. El donaire / su compás. Un ala el aire / y un drama rojo la arena. / Suena en tu piano. Suena / lo que es del pueblo y no muere. / El ángel del sur adquiere / claridad, temblor, sentido / y enciende, pájaro herido, / el pellizco que nos hiere". Pero la copla entra en clara decadencia a finales del franquismo y Quiroga es casi olvidado. Sólo en los últimos años de su vida comienza a recibir homenajes y le llega el reconocimiento como compositor, el más importante sin duda que da la copla. [ Antonio Checa Godoy ].
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