| (GR). Municipio granadino de la Comarca de la Alpujarra, situado a 79 km. de la capital, con 743 h. y 26 km 2 de extensión. En la ladera sur de Sierra Nevada, con un desnivel que va desde los 600 a los 2.400 m. de altura, la zona que ocupa hoy La Taha está habitada desde la época de los romanos y, con el paso del tiempo, se van formando pequeñas poblaciones que incluso llegan a tener entidad suficiente como para administrarse de forma autónoma. El nombre significa precisamente en árabe una circunscripción territorial, que se integra en la cora de Elvira del califato cordobés, luego estaba en la taifa de los Ziríes granadinos, en el XIII pertenecía al reino almohade de Granada y, más tarde forma parte del estado nazarita. Tras la conquista castellana permanece una parte de la población autóctona, menguada después con la expulsión parcial de los moriscos, pero se modifica la organización política y administrativa, agrupándose los municipios para aumentar su identidad.
La Taha consta de siete núcleos de población: Pitres, Capilerilla, Mecina, Mecinilla, Fondales, Ferreirola y Atalbéitar. La aparición de algunos de ellos se da en el siglo XVI, llegando a alcanzar cierta importancia Pitres, por lo que la zona pasa a llamarse La Tahá de Pitres, pero posteriormente se deja en La Tahá. En La Tahá destacan como lugares de interés caminos reales, molinos, las fuentes, puentes como el de los Fondales, del siglo XIII o XIV, acequias que aún están en servicio, las ruinas del Castillejo de Poqueira, la iglesia parroquial de Pitres, del siglo XVI y de estilo mudéjar, y la antigua iglesia de Capilerilla, actualmente en ruinas. Gracias a su alta capacidad de hospedaje se convierte en un importante destino para el turismo rural, con numerosos caminos e itinerarios para recorrer. Las fiestas son en cada pueblo: Pitres (San Roque, en agosto), Capilerilla (San Francisco, en abril), Mecinilla (San Cayetano en agosto), Atalbéitar (Virgen de Gracia en ese mismo mes), al igual que Ferreirola (Santa Cruz) y Fondales (Virgen del Rosario en octubre). Existe una curiosa tradición en La Tahá que se denomina Mauruca o fiesta de las castañas, consistente en una merienda en el campo tras la que se recogen castañas y se comen asadas.
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