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Decimocuarta letra del alfabeto español, entre la lumbre y el frío de la música que musita Antonio Mata, bajo los gorgoritos de Pepe Marchena, una copla swing de Martirio, un rap de La Mala Rodríguez y un bolero de Machín. O un martinete, claro es, de don Antonio. Era la letra que abría las páginas de El mal poema , la que se escondía bajo la contraseña de Demófilo y la de aquel tipo de pobre aliño indumentario cuya infancia fueron recuerdos de un patio de Sevilla y cuya muerte privada, después de tanta muerte colectiva, sobrevino junto a un cielo azul y el sol de la infancia. Eme de Málaga necesaria y de la vieja Marbella de los Reyes Católicos. La eme sobre la que canta el gallo de Morón y reflexiona Maimónides junto a un poema de Mutamid. Eme tricolor de Martínez Barrios y de magia en la Mágina de Antonio Muñoz Molina. Canciones luminosas de Marisol sobre el tenebroso muro de la historia donde el mal movió sus fichas: sangre de la masonería andaluza en la masacre decretada por los malnacidos. Es la eme mística que alienta en el templo de la Macarena y bajo todas las advocaciones de María o en las malvas que cubren al de Marte. Eme del don Mendo soñado por Pedro Muñoz Seca: no siempre los moros fueron aquí menospreciados. Eme del Mármol que desemboca en Macael, como los ríos de Jorge Manrique que van a dar a la mar, que es el morir. Es la letra donde Mairena canta junto a Antonio Mairena, y la de aquel Marinero en tierra que fue Rafael Alberti. Del misterio y la mordaza, de la mentira que aquí se alivia en embuste y de la mordacidad cuya ironía muerde como un murciélago o embiste como un Miura. Eme de Manolote y Miguelín, de los majos de Cádiz que lo mismo beben ron de Motril o vino de Montilla, pero prefieren quizá la luminosa manzanilla cargada de versos. Aquí principia la Andalucía mística y el Mediterráneo cuyo llanto vertido por cien pueblos viaja de Algeciras a Estambul. La eme que acecha como un maquis, la que llega hasta Murcia en forma de taranta o borda con Mariana Pineda la mayor bandera. La mejor, también. [ Juan José Téllez ].
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