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CAMINO REAL |
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El construido a expensas del herario público entre
dos ciudades de cierta importancia, con mayor anchura para permitir el
paso de los carruajes. Los caminos reales constituyen, junto a las
cañadas reales
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, el principal sistema de articulación del
territorio peninsular desde el comienzo de la Edad Moderna. Se construyen
tomando como base las huellas, a veces todavía transitables, de las vías
romanas y tienen vigencia hasta el comienzo de la construcción de la
primera red viaria contemporánea en los años veinte del siglo XX, durante
la dictadura de Primo de Rivera. El primer repertorio de caminos
publicado en España y en Europa data de 1546 y es realizado por el
valenciano Pedro Juan Villuga. Anterior es la
Cosmografía
del andaluz Hernando Colón, una obra de
similares características que queda incompleta y no adquiere la
importancia de la guía para caminantes de Villuga. En ésta ya se detallan
los dos caminos reales que cruzan desde la meseta hasta Andalucía.
Partían unificados, en un tronco común, desde la ciudad de Toledo, y se
bifurcan al llegar a Ciudad Real. Uno de ellos, la llamada Vía de la
Plata, atraviesa Sierra Morena por el Valle de la Alcudia hasta llegar a
Córdoba por el territorio de Almodóvar del Campo, desde donde parte hasta
Sevilla. Al margen de este camino se establecen las primeras postas y
ventas de Andalucía. La otra vía comunica la meseta con Granada y Jaén,
primero a través del Puerto del Muradal (hasta el siglo XVI), y a partir
de esta fecha por el Puerto del Rey, pasos cercanos al actual de
Despeñaperros, que no es abierto hasta finales del siglo XVIII con el
trazado de Lamaur.
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