DÚRCAL

Se considera que el municipio es de origen musulmán; de hecho existe constancia de que se asientan en esta zona en el siglo VIII y es durante este largo periodo cuando, como en el resto de la comarca, se desarrolla su fisonomía urbana y agrícola. Así también, la denominación de la localidad como "Perla del Valle" se debe al nombre que durante este periodo tenía: Dur al-iglim. Estos años otorgan un importante patrimonio histórico-artístico, destacando el conocido como Puente Romano "a pesar de que es de origen musulmán", que era el paso obligado entre Granada y Las Alpujarras. El Peñón de los Moros (fortín con aljibe, torre y pasadizo que desciende hasta el río); la Fuente Márgena (del siglo XVI), al pie del monte Zahor; la ermita de San Blas; la iglesia parroquial de la Inmaculada (de estilo mudéjar, siglo XVI); el Pilar de la Plaza y el considerado emblema de la ciudad, el Puente de Lata (estos dos últimos del siglo XIX), amplían el rico patrimonio histórico-artístico del municipio. También el paisaje agrario debe mucho a la época andalusí, con bancales escalonados, sistemas de riego, naranjos y limoneros.

No obstante, aún queda mucho por estudiar sobre el origen y la historia del municipio, ya que en el año 2000 se localizan restos de una villa romana donde además pudo existir un puente para cruzar el río. Los restos de las edificaciones y las cerámicas están fechadas en la primera mitad del siglo I d.C, y sobre ellas se están realizando excavaciones y estudios que permiten conocer aún mejor a quienes ocupan estas tierras.

Hay también que destacar las fiestas del municipio. De entre ellas hay que mencionar las de San Ramón Nonato (en los últimos días de agosto, donde la alta participación de la población y sus programas son también atractivos para los numerosos veraneantes) y la de San Blas, que se celebra el 3 de febrero. De estas fiestas son muy conocidas las ruedas de fuegos artificiales que arden al paso de la procesión en lo que se conoce como "bajada de San Blas". El lenguaje tradicional de los mozos, mediante ramos en las ventanas la noche del Sábado de Gloria, utiliza olivo, azahar o laurel para indicar distintos matices.

En cuanto a las características socioeconómicas del municipio y atendiendo a las últimas estadísticas, habría que mencionar de manera obligada el proceso de emigración que comienza a afectar a la comarca a mediados de la década de los cincuenta y que aún se manifiesta en Dúrcal. El incremento relativo de la población, es decir, la diferencia entre el número de habitantes de 1996 y el de 2003 es negativo, es de -14,91, uno de los más elevados de Andalucía. El porcentaje de población mayor de 60 años es muy superior al de menor de 20 (20,26% y 18,67%, respectivamente), lo que indica que el reemplazo generacional no estará garantizado en las próximas décadas. La baja calidad del trabajo ofertado por el sistema productivo local y las fluctuaciones mensuales del mercado agrícola han marcado este proceso de emigración, que se ve además agravado por la cercanía a la capital granadina (a menos de 25 km.) donde la dotación de infraestructuras educativas, sanitarias y sociales atraen tradicionalmente a los habitantes de Dúrcal.

No obstante y aunque las estadísticas no lo reflejen, en los últimos años y precisamente debido a su cercanía a la capital se está produciendo una transformación en sentido contrario; esto es, se está convirtiendo en un municipio residencial con estrecha relación con Granada, lo que está provocando una definitiva transformación de su economía. Así se manifiesta en el mercado de trabajo donde una parte muy importante de los ocupados (algo más del 21%) se dedican a la construcción, mientras que el sector agrario ocupa al 12% de los activos (cuyo producto principal es el almendro con más del 50% de las tierras cultivadas). Dúrcal, por tanto, se está convirtiendo poco a poco en uno de los núcleos centralizados de servicios de la comarca, como se decía anteriormente, muy vinculado a su cercanía a Granada. [ Reyes Manuela González Relaño ].