| (aragón, 1358-alcaláde henares, madrid, entre 1379-1390). Rey de Castilla y León. Hijo de Enrique II * y de Juana Manuel. Había nacido en el destierro, en Aragón, cuando su padre, enfrentado con su hermano Pedro I * , aún no aspiraba seriamente al trono castellano. En 1375 casa en Soria con Leonor de Aragón, hija de Pedro IV de Aragón, de la que nacen el futuro Enrique III * y el infante don Fernando, conquistador de la ciudad de Antequera en 1410, y futuro rey de Aragón. En 1383 casaría con Beatriz de Portugal, hija del rey Fernando I, lo que le ofrece la posibilidad de gozar de la amistad y fidelidad de numerosos vasallos portugueses. No pasaría a la historia por ser un monarca relacionado con Andalucía, pero consolidaría la dinastía Trastámara, instaurada por su padre en 1369, limitando en la Frontera muchas de las mercedes otorgadas por aquél a la alta nobleza. Su gobierno se caracteriza por una interesante labor legislativa municipal e institucional en colaboración con las Cortes, lo que recordaría en muchos aspectos a la de su abuelo Alfonso XI * . En el exterior, el reinado de Juan I presenta, sin embrago, una azarosa vertiente militar, en colaboración con Francia, en la Guerra de los Cien Años y en el Cisma de Occidente de la Iglesia Católica, lo que excedía con mucho los recursos humanos y económicos de Castilla. Pero hasta 1384 en el Canal de la Mancha la ofensiva franco-castellana triunfa ante los navíos ingleses. Más problemáticas para la legitimidad de la corona castellana resultan las aspiraciones políticas de Juan de Gante, duque de Lancaster, casado con Constanza, hija de Pedro I. El duque, falto de medios financieros y tal vez diplomáticos, utiliza a la monarquía portuguesa para hacer frente al expansionismo naval de Juan I. Nada consigue, sino incrementar el interés del rey castellano por el trono luso, en donde tenía evidentes partidarios. La muerte de Fernando I de Portugal en 1383 le abre el camino a la intervención militar castellana. Pero el fracaso del cerco de Lisboa (1384) y la terrible derrota de Aljubarrota (1385) pone triste y dolorido fin a las aspiraciones portuguesas de Juan I.
Es ahora el momento de Juan de Gante. En 1386 los ingleses desembarcan en La Coruña e invaden Galicia. A la espera de la llegada de los aliados franceses, Juan I observa de manera sorprendente como crecía la legitimación de su corona por toda Castilla, y un fuerte sentimiento "nacional" de unidad frente al invasor se extiende por Galicia y León. Los ingleses son derrotados en 1387. Con la firma de tratado o paz de Bayona, Juan I gana dos cosas: por un lado, la legitimidad de la corona al desaparecer las aspiraciones dinásticas de los últimos "emperejilados"; por otro lado, la paz necesaria para atender a los problemas internos de Castilla. Efectivamente, aunque no abandonaría sus compromisos internacionales con Francia, Juan I desarrolla en los últimos años de su vida una vasta tarea de reconstrucción nacional, sumando a la misma a la nobleza y a los procuradores de las ciudades a través de las Cortes de Guadalajara de 1390, con interesantes ordenamientos militares y económicos. Pero desde las lastimeras campañas portuguesas de 1385, en las que tanto interés había demostrado, su salud estaba muy debilitada. En 1390 en Alcalá de Henares recibe la visita de unos caballeros cristianos norteafricanos de origen andaluz "los Farfán de los Godos" que le regalan algunos caballos. Un domingo, cuando iba a visitarlos, sufre una caída del caballo de cuyas heridas muere. [ Manuel García Fernández ].
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