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ALGABA, LA |
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(SE). Municipio de 18 km2, unos 13.000 h., a sólo 6 km. de Sevilla y en el lecho de inundación del Guadalquivir, a 10 metros sobre el nivel del mar y bordeado por el Rivera del Huelva. Se trata de una zona llana donde los cauces hacen curvas o meandros con mucha facilidad y donde las riadas han sido frecuentes (por ejemplo, la práctica destrucción de la villa en 1485) antes de las obras de regulación y canalización. Como ventaja se halla la abundancia de regadíos, fértiles siempre, y con extensos naranjales. El emplazamiento de la Bélbilis turdetana o tartesa es destruido por los visigodos, encontrándose el origen del pueblo actual en la época musulmana (Al gaba). Poco después de la conquista castellana se entrega al infante Don Alonso de la Cerda (que es declarado sin derecho a la Corona por los compromisarios en Campillo ) y luego pasa a ser posesión del conde de Niebla, que la permuta por Medina Sidonia a Don Juan de Guzmán. Este se llama desde entonces señor de La Algaba (él es quien manda construir la Torre denominada precisamente de los Guzmanes, de estilo mudéjar y cuatro cuerpos abovedados ) y a la quinta generación, 1565, sus herederos se convierten en marqueses. En otros pueblos y ciudades de Andalucía hay noticias de expulsiones, integraciones y regresos camuflados de moriscos, y en el caso de La Algaba se sabe que a principios del XVII existía una importante morería. Además, según el historiador Lapeyre, después de la expulsión de 1610, supuestamente definitiva, se envian a Andalucía tres comisionados para investigar los grupos más importantes de sustraídos a la deportación y retornados. La Algaba, con 400 andalusíes, era uno de los focos más importantes, pero aún a finales de 1611 existían dudas de que se hubiesen embarcado. No obstante, en el reinado de Felipe IV se desiste del control que se realiza en Andalucía y los que permanecen se diluyen en la población sin que haya posteriores noticias. Al margen de eso, y según el Diccionario de Madoz, a mediados del XIX había un censo de 1.813 habitantes en unas 600 casas que vivían fundamentalmente de la agricultura, en la que se empleaban cien pares de bueyes, animales adecuados para las tierras fangosas. Hoy se usan otros instrumentos en esa actividad agraria de la Vega, pero su economía actual y la articulación en el territorio hay que analizarla en función de la metropolización. La Algaba forma parte del sector norte del Área Metropolitana de Sevilla (AMS), precisamente la zona que todavía no participa en ninguno de los aspectos que tienen que ver con el dinamismo metropolitano complejo y que ya se han empezado a notar en el resto de la corona del AMS. Incluso la construcción en 1992 de las rondas urbanas de la capital y de la autovía de circunvalación SE-30 no han servido a La Algaba para integrarse en el proceso de descentralización de las actividades económicas y urbanas, puesto que el enlace del sector norte con la SE-30 no se ha construido todavía. Así, la porción de viviendas edificadas en este municipio desde 1994 hasta 2000 representa tan sólo el 1,72% del total del AMS frente a, por ejemplo, Alcalá de Guadaira, que alcanza el 11%. Por otra parte, no es un núcleo que haya generado un crecimiento endógeno industrial, dado que la población ocupada en establecimientos del mismo término lo hace principalmente en actividades de servicios (comercio o transporte públicos) y la construcción y la hostelería representa alrededor del 30% del total de la población activa. Estos datos hacen pensar que la población algabeña se desplaza diariamente a trabajar a Sevilla; y, aún así, La Algaba mantiene unas relaciones débiles con la capital. Consecuentemente, a pesar de que el saldo migratorio y el crecimiento vegetativo son positivos entre 1991 y 2002, el incremento de la población en este periodo es reducido (5,78%), la estructura demográfica es bastante joven (el porcentaje de población menor de veinte años representa el 25%) y la renta familiar disponible cabe considerarla semejante a la media andaluza (7.773 euros). Sin embargo, de acuerdo con los datos de los últimos años, lo habitual es que los núcleos de la corona del AMS, junto con algunos turísticos y aquellos dedicados a la agricultura bajo plásticos, alcancen las rentas más elevadas de Andalucía. Precisamente, en los estudios recientes sobre el AMS se detecta que La Algaba, aunque en los últimos años los niveles de equipamiento mejoran notablemente, todavía presenta carencias significativas. Esta situación, y la carencia en el AMS de vías trasversales rápidas que comuniquen entre si los municipios sin pasar por Sevilla, están dificultando la expansión del sector norte y, en concreto, la del núcleo de La Algaba. [ Gabreil Cano / Rosa Jordá Borrell ] |
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