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AUMENTE, JULIO |
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(córdoba, 1924).
Poeta. Hombre de una inquietud exacerbada y un
complejo mundo interior "Lucchino Visconti le define como el "último
diletante"", realiza sus estudios de Derecho en Madrid, donde fija su
residencia a partir de 1961. Es uno de los miembros fundadores de la
revista
Cántico
, que en dos etapas, 1947-1949 y 1954-1957, reúne a
Ricardo Molina, Juan Bernier, Pablo García Baena, Ginés Liébana, Mario
López, Miguel del Moral y, posteriormente, Vicente Núñez, un grupo, en
palabras de la también poeta Juana Castro, de "gran riqueza creativa, de
atrevimiento y desafío" en el que cada autor destaca con una voz
personalísima, impelido por un "individualismo humanista". Esta
afirmación puede rastrearse en la trayectoria poética, breve pero de gran
intensidad, sobriedad y elegancia, de Julio Aumente, quien ora se acerca
al verso cernudiano "con el poeta sevillano mantiene una nutrida
correspondencia", en el que hace gala de una cuidada selección del
lenguaje, ora utiliza formas clásicas en las que se adivina el genio y la
perfección de Góngora. En palabras de Guillermo Carnero, autor de la
antología
El grupo Cántico de Córdoba
, "Aumente es un poeta que atiende a una gama temas
y motivos íntimamente relacionados entre sí: el paso del tiempo, el amor,
la tristeza", en los que inevitablemente emerge la gran tragedia humana
de la incomunicación. Entre sus obras destacan
El aire que no vuelve
(1955),
Los silencios
(1958),
Por la pendiente oscura
y
La antesala
, ambas publicadas en 1983, y
De los príncipes
(1990), un libro que recoge poemas escritos entre
1946 y 1965. Recibe premios como el Luis Carrillo y Sotomayor en 1949 y
la Flor Natural de los Juegos Florales de Córdoba en 1953. Ha traducido
del francés a Milosz y del húngaro a Kostolany, y colabora en las
principales revistas poéticas de España y América, sin olvidar jamás que
su vocación por encima de cualquier otro cometido es vivir y amar,
sumergirse en los deleites de la pasión y el erotismo, para no dilatar la
incorporación a ese mundo etéreo del que, en no pocos casos, se nutre la
poesía.
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