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| Decimonovena letra del abecedario español, la ?r? es una letra de doctrina, de religiones, republicanismos, regionalismo, regeneracionismos y otras romerías y rituales remotos o recientes con los que el hombre andaluz ha buscado su azaroso resguardo en el ruedo ibérico. Es la Andalucía rural, la del risco y el rastrojo, cruzada por los imparables ríos de la historia, por las romanizaciones, las revoluciones hambrientas y las remontas caballares de los Reyes Católicos, la Andalucía del ruido y la furia, de la retórica vacía y de la sangre derramada por reinos y reyes que buscaban el brillo del rubí y el refrigerio de los pobres. Pero en esta Andalucía de retóricas, que también acunó el Renacimiento, el reformismo agrario, el racionalismo y las repoblaciones de Olavide, en esta Andalucía que hasta principios del siglo XIX repitió un falso romanticismo de retales y rábitas abandonadas, en esta extraña tierra donde la miseria hacía su rúbrica en los rostros y en los roquedales infértiles, la mayor rebelión fue la que protagonizó la radio. La radiodifusión puso fin a varios milenios de silencio reconcentrado, alivió rencillas y reivindicó el romance, el sillón de rejilla y la repostería fina. Las interminables noches de ranas y rebuznos, desde La Rambla hasta Ronda y desde Roquetas de Mar a Rosal de la Frontera, fueron adornadas por las voces de Juanita Reina y Paquita Rico, por los goles del Recreativo y, sobre todo, por las tardes de toros. Desde que Pedro Romero inventara el toreo a pie, que es el toreo de recibo, la tauromaquia nunca tuvo tanto reclamo. Los locutores retransmitían las tardes gloriosas de Curro Romero y en los intermedios anunciaban el anís de Rute y radiaban rumbas y rasgueos. Con los años, la radio pasó del rudimento a la ruptura, y los jóvenes escucharon a Raphael, Miguel Ríos y otros ritmos más bailables. Todo cupo en la radio: el Rocío, el rococó, las obras de La Roldana, las procesiones de San Roque, las roscas de San Blas, las mujeres de Romero de Torres, los refranes, el realismo y todos los refinamientos de un pueblo regio. [ Pablo Santiago Chiquero ].
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