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BIENVENIDA, ANTONIO |
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(caracas, venezuela, 1922-sevilla, 1975).
Matador de toros, de nombre Antonio Mejías
Jiménez, el más representativo de la saga de los Bienvenida, que nace en
Caracas, aunque a los pocos años se traslada con su familia a Sevilla, en
cuya provincia nacen varios de sus hermanos. Arranca su carrera como
becerrista en 1936. En esos primeros tiempos se le intenta emparejar sin
éxito con Pepe Luis Vázquez. Su relación, intensa, con la plaza madrileña
de Las Ventas se inicia el 3 de agosto de 1939. Aquella tarde, la de su
presentación como novillero, comparte cartel con Joselito de la Cal y
Rafael Ortega Gallito ante reses de Terrones. Transcurridos tres años
toma la alternativa en la misma plaza, de manos de su hermano Pepe, el 9
de abril, estoqueando cinco toros de Miura y uno de Tovar. El toro de la
alternativa se llama Cabileño. En ese instante comienza una carrera
repleta de éxitos, pero también de controversias y percances muy serios,
como la cornada en el vientre que sufre en Barcelona el 26 de julio de
1942, que le obliga a permanecer dos meses en el dique seco. Después de
unas primeras temporadas en las que ronda la treintena de paseíllos, en
la de 1948 anota el más importante registro de su carrera, con 53
festejos y tres orejas cortadas en otras tantas comparecencias en la
plaza de Madrid. En 1952, Bienvenida decide denunciar el fraude del
afeitado de los toros, actitud que le vale el aplauso de la crítica y los
aficionados más puristas y el rechazo de muchos de sus compañeros. La
década de los cincuenta remonta el vuelo a partir de 1953, en la que
vuelve a lograr la treintena de paseíllos y a protagonizar tardes para el
recuerdo en Las Ventas, como la de la encerrona ante toros de Galache la
tarde del 3 de julio de 1955. Esa corrida, a beneficio del Montepío de
Toreros, del que es presidente, le habilita para ingresar el año
siguiente en la Orden Civil de Beneficencia. En 1957, temporada en la que
no comparece ante el público de Madrid, suma 29 paseíllos. Un percance
sufrido en la plaza de Málaga, el 17 de noviembre, le ocasiona lesiones
óseas en la pierna derecha. Pero va a ser al año siguiente cuando Antonio
Bienvenida sufra la cogida más grave de su carrera.
El 17 de mayo en Madrid un toro manso de Juan
Cobaleda le infiere una cornada en el cuello de pronóstico muy grave. Las
consecuencias del serio percance, que le sobreviene con casi 36 años, se
dejarán notar en los sesenta, la década en la que anunciará su primera
retirada de los ruedos. El 16 de junio de 1960 Bienvenida comunica su
intención de torear en solitario dos festejos de manera consecutiva, uno
por la tarde y otro por la noche, en la plaza de Las Ventas. Con las
facultades físicas muy mermadas desiste del empeño cuando llevaba
estoqueados nueve toros. Ese año sólo actúa 12 tardes y el siguiente, en
el que sube el listón a 17, sufre una muy grave cornada en el muslo
derecho en el coso barcelonés de Las Arenas, el 18 de julio. Con todo,
entre 1963 y 1966 su carrera sufre un repunte al alza: el 30 de junio de
1963 corta tres orejas a dos toros de Carlos Núñez en Las Ventas; al año
siguiente, el 15 de mayo, se encierra en Vista Alegre con seis astados de
Félix Moreno de la Cova, a los que arranca cinco apéndices. Por fin, en
1966, alcanza el segundo registro más importante de su carrera, con 52
tardes que tienen su epílogo en su primera despedida de los ruedos. Esa
tarde, la del 16 de octubre en Las Ventas, Antonio Bienvenida obtiene
tres trofeos frente a seis toros de distintas ganaderías y su hermano
Pepe le corta la coleta. Entre 1967 y 1970, Bienvenida mata el gusanillo
en festivales y toreando en el campo. Un año después decide volver a
enfundarse el traje de luces y en esta segunda etapa vuelve a cosechar
triunfos en Las Ventas y a padecer percances serios, como la cornada del
27 de agosto de 1973 en la axila izquierda en el coso madrileño de San
Sebastián de los Reyes. El 5 de octubre de 1974, en corrida celebrada en
Vista Alegre, brinda el segundo toro a su hermano Ángel Luis y le
comunica que será la última tarde que se vista de luces. Después de haber
estoqueado más de 1.700 toros, la ironía del destino se ceba con Antonio
Bienvenida: una gravísima lesión producida en las vértebras durante un
tentadero en la finca de Amelia Pérez Tabernero, acaba con la vida de
este torero el 7 de octubre de 1975. La vaquilla Conocida puso el punto
final a una carrera basada en la vocación, la pureza y la entereza a la
hora de encajar los muchos percances padecidos.
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