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FARRUCA |
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f. Palo flamenco cuya etimología habría que buscarla
en la palabra
farruco
, denominación con que los andaluces designaban al
gallego o al asturiano recién salido de su tierra, palabra que procede de
la voz árabe
furuq
, valiente. Según el
Diccionario etnográfico americano
de Gabriel Mana Vergara, en Cuba también llamaban
así a los asturianos y gallegos. En cualquier caso identifica a un cante
aflamencado presumiblemente de origen gallego, con copla de cuatro versos
octosílabos que riman segundo y cuarto. Es cadencioso y melancólico con
claras influencias de algunas formas gaditanas. Esto es, se asienta en
tonos menores y ocasionalmente sigue el compás del tanguillo. La
definitiva adaptación flamenca se debe a El Loli, que al decir de Domingo
Samperio es su primer cultivador importante, seguido de Manuel Torre,
quien populariza la farruca en su versión flamenca. El baile y el toque
fueron definitivamente fijados a comienzos del siglo XX por el primer
Raíco y por Ramón Montoya, hasta llegar a nuestros días como última
muestra de dicha modalidad, dado que el cante parece olvidado, aunque
ocasionalmente haya vuelto a interpretarse, por ejemplo, en la voz de
Pepe de Lucía y de José Menese. Salvo esas y otras excepciones, en la
actualidad apenas se canta y sólo se emplea para acompañar el baile del
mismo nombre, pero en los años diez y veinte del siglo pasado goza de
gran popularidad, como se comprueba por las muchas grabaciones
discográficas de aquella época. Su baile suele ser sobrio y viril, con
cierto aire de soleá, en el que destacan los redobles de pies y fuertes
taconazos propios de hombre con predominio de actitudes hieráticas. Es
melancólico y estático, cadencioso y grave, cuya mayor dificultad estriba
en los redobles a contratiempo que alternan con sus pasos peculiares. Su
creador, como ya se ha dicho, fue Faíco con la colaboración del tocaor
Ramón Montoya, como lo atestigua El Maestro Otero en su libro, alcanzando
con él una gran popularidad, siguiéndole en su interpretación Joaquín El
Feo y El Gato, siendo Ramírez quien lo desarrolla plenamente. Como baile,
la farruca es mucho más interesante flamencamente que como cante, de ahí
su vigencia actual en algunos repertorios desde que Manuel de Falla, a
través de Félix Fernández García, llamado Félix El Loco, anotara sus
ritmos en 1918 para incluirlos en el ballet
El sombrero de tres picos
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2.
Se identifica bajo este nombre a una bailaora que
vive entre los siglos XIX y XX, madre de El Farruco. Le debe su nombre
artístico por un premio de baile por farrucas que gana en Jerez.
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