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CARBÓN

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(Del latín carbo ). m. Roca formada por carbono mezclado con otras sustancias; es una materia sólida, ligera, negra y muy combustible, que resulta de la combustión incompleta de la leña o de otros cuerpos orgánicos. El carbón es durante mucho tiempo, y aún es en la actualidad, una de las principales fuentes de energía.

Origen del carbón.  La mayor parte del carbón presente en la corteza terrestre se forma cuando los extensos bosques de helechos y equisetos gigantes que poblaban la Tierra hace unos 300 millones de años, durante el periodo Carbonífero de la era Paleozoica, morían y quedaban sepultados en los terrenos pantanosos donde crecían. Al ser ese terreno pantanoso muy pobre en oxígeno, no se producía la putrefacción habitual y, poco a poco, se fueron acumulando grandes cantidades de plantas muertas. Con el tiempo, nuevos sedimentos cubrían la viejas capas de plantas y, bajo la acción combinada de la presión y la temperatura, la materia orgánica fue transformándose en carbón en un proceso de combustión lenta y parcial.

Tipos de carbón.  Los distintos tipos de carbón se originan como consecuencia de las distintas condiciones de presión y temperatura en las que se forman; así se distinguen cuatro clases: turba, lignito, hulla (carbón bituminoso) y antracita. Cuanto más altas son las presiones y temperaturas, se forma un carbón más compacto y rico en carbono y con mayor poder calorífico. La turba es poco rica en carbono y muy mal combustible. El lignito viene a continuación en la escala de riqueza, pero sigue siendo mal combustible, aunque se usa en algunas centrales térmicas. La hulla es mucho más rica en carbono y tiene un alto poder calorífico, por lo que se emplea mucho en las plantas de producción de energía. Está impregnada de sustancias bituminosas de cuya destilación se obtienen interesantes hidrocarburos aromáticos así como el coque, un tipo de carbón muy usado en la siderurgia; sin embargo, también contiene elevadas cantidades de azufre, responsable de la lluvia ácida. La antracita es el mejor de los carbones, ya que es muy poco contaminante y posee un elevado poder calorífico.

Reservas de carbón.  El carbón es el combustible fósil más abundante en el mundo. Se encuentra sobre todo en el Hemisferio Norte, porque durante el periodo Carbonífero los continentes que ahora están en el Hemisferio Sur, es decir Africa, América del Sur y Australia, estaban juntos formando un gran supercontinente llamado Godwana, que estaba situado muy cerca del polo sur, con un clima poco propicio para la formación de grandes bosques. En cambio lo que ahora son Asia, Europa y América del Norte estaban situados junto al ecuador en una zona cálida, muy adecuada para el desarrollo de las grandes masas vegetales que formaron las capas de carbón. Por eso los mayores depósitos de carbón están en América del Norte, Rusia y China, aunque también es abundante en algunas islas del Ártico, Europa occidental, India, África del Sur, Australia y las regiones orientales de América del Sur. Andalucía posee importantes yacimientos mineros en la Cordillera Penibética y en Sierra Morena, aunque la mayoría no se explotan en la actualidad. Destacan las minas de carbón de Peñarroya-Pueblo Nuevo (Córdoba). Con el actual ritmo de consumo se calculan reservas de carbón para algo más de 200 años, aunque si se tienen en cuenta las que no son fáciles de explotar en el momento actual, las reservas podrían llegar para otros mil años.

Carbón y el medio ambiente. La minería del carbón y la combustión de éste causan importantes problemas ambientales; tambien tiene consecuencias negativas para la salud humana. Las explotaciones mineras a cielo abierto producen un gran impacto visual y los líquidos que de ellas se desprenden suelen ser muy contaminantes. En los países desarrollados, las compañías mineras están obligadas a dejar el paisaje restituido cuando terminan su trabajo. La práctica habitual suele ser que, al dejar una zona vacía tras extraer el mineral, la rellenen y reforesten para que no queden a la vista los grandes socavones, las tierras removidas y las acumulaciones de ganga que, hasta ahora, se consideraban inevitables en toda industria minera. También es muy importante el control y depuración del agua de lixivación, esto es el agua que, después de empapar o recorrer las acumulaciones de mineral y derrubios, sale de la zona de la mina y fluye hacia los ríos o los alrededores. Este agua transporta materiales muy tóxicos, como metales pesados y productos químicos empleados en la extracción, y es muy contaminante, por lo que debe ser controlada cuidadosamente. El uso del carbón también produce importantes daños ambientales, ya que su combustión genera grandes cantidades de gases responsables de efectos tan nocivos como la lluvia ácida, el efecto invernadero, la formación de smog, etc. El daño cusado por la combustión del carbón es mucho mayor cuando se emplea combustible de mala calidad, porque las impurezas que contiene se convierten en óxidos de azufre y otros gases tóxicos.

Economía del carbón. La producción andaluza de carbón se concentra a principios del siglo XX en el norte de la provincia de Córdoba, en torno a Peñarroya, salvo una pequeña producción de lignito en Padul (Granada). La riqueza carbonífera de la sierra cordobesa es notable: comienza a explotarse intensamente a finales del XIX, impulsada por la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya, y mantiene su apogeo hasta los años cincuenta del siglo XX "desde 1961 explotada por las empresa estatal Encasur". El carbón viene ofreciendo una producción decreciente, que en 2001 aporta, en el caso de Córdoba, 377.000 toneladas de antracita y 438.000 de hulla, alrededor del 8% de la producción española. Se trata de explotaciones deficitarias y, por ello, subvencionadas. La producción andaluza de carbón se destina mayoritariamente a la generación de electricidad, Andalucía cuenta con tres centrales térmicas que utilizan carbón, la cordobesa de Puente Nuevo, que data de 1966,  utiliza hulla y antracita y tiene 323,5 MW de potencia, la de Almería, con origen en 1984 y la de Los Barrios, de 1985, ambas utilizan hulla de importación. Su tecnología se considera obsoleta y contaminante, por lo que se pide en los últimos años su cierre o su transformación. [ Miguel Aguilar Urbano / Antonio Checa Godoy ].

 

 
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