(JA). Al borde de la Sierra de Ahíllo, en el valle que forma el río Guadalcotón, se localiza este municipio que tiene una extensión superficial de 104 Km 2 y una población total de 5.785 h. Forma parte de la comarca Sierra Sur de Jaén, a 68 km. de la capital provincial. Castillo de Locubín es lugar de paso y de asentamiento de numerosos pobladores. De hecho, se encuentran restos prehistóricos, púnicos, iberos y romanos. De éstos últimos son, entre otras, las cuevas del Jabonero, de los Murciélagos y Cabeza Baja. Durante el periodo andalusí la localidad es conocida como Hins al-Uqbin (castillo de las águilas) e inicialmente es una pequeña aldea con un castillo para la defensa de la población. En 1341 es conquistada por Alfonso XI, que la dona a Alcalá la Real, dependencia que dura hasta 1627 y Felipe IV la vende al marqués de Trujillo, hasta finales del XVIII.
De su patrimonio arquitectónico destacan la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol (siglo XVI y XVII), la ermita de Nuestro Padre Jesús Nazareno y los restos de la fortaleza árabe, que se encuentran en el lugar conocido como La Villeta y de la que sólo se conserva la planta. Por otro lado, la gastronomía está especialmente vinculada a su historia y a sus pobladores; así, es especialmente característico el uso de condimentos árabes para la preparación de platos autóctonos como la sopa de boladillos o el oreganillo de choto, entre otros.
Castillo de Locubín es un municipio eminentemente agrícola, destacando el cultivo de olivar como recurso principal, al que se dedican más de 6.000 ha. Huertas con árboles frutales y hortalizas ocupan, aunque en menor medida, otros terrenos donde se crían fundamentalmente haba verde, judía seca, trigo y garbanzo. Por otro lado, en la vega del río San Juan se ha introducido a gran escala durante los últimos 20 años el cerezo como cultivo alternativo y hoy en día son ya más de 6.500 ha las dedicadas a este fruto. Las cerezas cuentan con excelentes peculiaridades en cuanto a su calidad, dulzor y calibre, y por ello se comercializa a nivel nacional no sólo para su consumo directo, sino también para la producción de bombones y otros productos. Desde hace dos décadas se celebra la única feria nacional de la cereza con la finalidad de promocionar tanto el fruto como la localidad.
No obstante, la excesiva fragmentación de la propiedad de la tierra condiciona el mercado del trabajo, generando una fuerte inestabilidad, ya que son los mismos propietarios los que trabajan en sus terrenos. El empleo presenta mayor estabilidad en el sector industrial, aunque todavía es débil y está especialmente vinculado a la producción agrícola. Se centra en la transformación y comercialización de los productos hortofrutícolas. En cuanto a la dinámica de la población, la tendencia en la actualidadsigue siendo regresiva, como viene sucediendo desde los años sesenta. A pesar de que a principios del siglo pasado el número de habitantes experimenta un considerable aumento, llegando a ser casi 7.000 h., en las décadas de los cincuenta y sesenta el municipio comienza a perder parte de su población. Los datos reflejan un incremento porcentual negativo "de 13,25%" entre el censo de 1996 y el de 2003. A esta pérdida de población se une un considerable envejecimiento de la misma, ya que los habitantes mayores de 65 años suponen ya más del 28%, mientras que los menores de 20 son tan sólo el 19%. Esta tendencia viene marcada, como buena parte de la historia social y laboral del municipio, por el espectro del paro agrícola y por la conflictividad laboral. [ Reyes Manuela González Relaño ].
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