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PARO |
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m. Ausencia de trabajo por causas ajenas a la
voluntad del trabajador y el empresario. ||
2.
Se denomina también asà al subsidio que en los
paÃses desarrollados recibe el trabajador sin empleo. ||
3.
Huelga o cese voluntario del trabajo normalmente con
carácter reivindicativo.
El paro es tradicionalmente una de las mayores
lacras de la economÃa andaluza, que sólo desde los últimos años del siglo
XX parece decrecer de forma decidida. Las causas son fundamentalmente el
exceso de mano de obra en el mundo rural andaluz, aquejado además de alta
temporalidad "en el olivar, por ejemplo", con centenares de miles de
trabajadores que no encuentran acogida en otras áreas de la economÃa,
todas muy débiles, lo que durante casi todo el siglo XX obligará a una
emigración intensa hacia otras regiones españolas o al extranjero e
impedirá el acceso de la mujer al mundo laboral. La industrialización de
los años sesenta en AndalucÃa "polos de desarrollo" crea poco empleo y
está muy localizada, es muy inferior a las necesidades, y la construcción
y el turismo no cubren suficientemente tampoco ese exceso de mano de
obra.
Las bolsas de paro están presentes en toda la
comunidad andaluza, que ostenta niveles muy superiores a los promedios
españoles, y esas bolsas crecen a finales de los años setenta del siglo
XX, cuando cesa la emigración a Europa y se produce una paralela
desindustrialización "astilleros, metalurgia, crisis minera". Se alcanzan
entonces en casi todas las provincias cifras superiores al 18 y el 20% de
la población activa. El paro afecta duramente al mundo rural, con una
agricultura en proceso de reestructuración y todavÃa con baja
productividad, por lo que a principios de los años ochenta se crea el
PER, para atender sobre todo a los jornaleros "alrededor de 250.000" sin
más perspectivas que algún trabajo temporal.
El paro se mantiene muy alto "se llegan a superar
los 650.000 parados" con años muy difÃciles como 1993, y sólo a partir de
1995, y más decididamente desde 1999, comienza a bajar, aunque se
mantiene todavÃa por encima del 10%. Se produce entonces una
incorporación relevante de la mujer al trabajo y, paralelamente, una
notable creación de nuevas empresas, lo que dinamiza el mercado, en
especial en provincias como AlmerÃa y Málaga, pero sin ninguna provincia
andaluza al margen del proceso. A finales de 2006, AndalucÃa mantenÃa en
torno a los 460.000 y los 480.000 desempleados, un número aún muy alto.
Sin embargo, el número de andaluces con trabajo superaba holgadamente,
por primera vez en su historia, los tres millones. En el mercado laboral
sureño entran cada dÃa más personas ajenas hasta ahora a él, ante las
mejores expectativas, de forma que aumenta el número de empleados
"incluida ahora la inmigración", muy por encima de cómo disminuye el de
desempleados. Ese paro sigue siendo relevante en la agricultura andaluza,
pese a la modernización de sus estructuras.
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